Erradicar vs. controlar

¿Cuándo se acaba una pandemia? La OMS lo decreta, pero el virus no desaparecerá

Fotografía servicio limpieza metro / EP
Fotografía servicio limpieza metro / EP

En tiempos de 'encierro' la pregunta que ronda la cabeza de todos los ciudadanos es cuándo se podrá dar por terminada la pandemia y volver a la 'normalidad', pero ante fenómenos globales como el coronavirus es muy difícil dar una respuesta. Un ejemplo ayuda. "La epidemia de VIH se transformó en pandemia a principios de los 80 y no ha desaparecido. Solo hablamos menos de ella porque los tratamientos desarrollados han disminuido su impacto en la sociedad y las medidas de prevención han sido adoptadas por la población". Los expertos ven un comportamiento similar en la expansión del  Covid-19. La única entidad con la potestad para decretar su fin es la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero esto no implica la aniquilación del virus. La científica María Sáinz ha desvelado a 'La Información' algunas claves para identificar el momento en que el virus estará "controlado" y ha advertido que "a la normalidad no vamos a volver. El virus se controlará, pero no desaparecerá".

El primer indicador a tomar en cuenta para identificar su repliegue es el porcentaje de afectados. La experta explica que más del 55% de la población (unas 25.854051 personas en España) debe haber estado en contacto con el virus para dar por "controlada" la situación porque esto implicaría que ese grupo ya ha creado anticuerpos. "Es la primera barrera contra el brote. Una protección natural mientras llega la vacuna".  Esto plantea un desafío para España y los 184 territorios del mundo afectados: resolver la escasez de tes de detección para censar su incidencia de forma adecuada.  Esto es un arma importante ante una cepa clasificada como ARN y no DNA. En castellano esto significa que el enemigo invisible "entra al cuerpo, infecta y se pira", a diferencia de otras patologías catalogadas como DNA -el  herpes es un ejemplo-,  que nunca son erradicadas por completo. Con un buen conocimiento de los lugares más afectados se podrá localizar a los colectivos que ya se libraron del virus y a los que siguen en riesgo para tomar las medidas de seguridad apropiadas.  

La creación de una vacuna contra la pandemia es el segundo parámetro para comenzar a darla por controlada. "Esto tomará entre un año y un año y medio", según Sáinz y "no estará accesible a toda la población de una vez. Habrá grupos prioritarios -los que viven en una constante interacción con el virus- que la recibirán primero y después se comenzará a distribuir a todos". ¿Y si muta? "Ya ha pasado con otros. Mutan y hay que adaptar la vacuna casi anualmente para su efectividad". La cepa estudiada en China, Italia, España y Latinoamérica es la misma según la comunidad científica hasta ahora, pero esto puede cambiar. 

Una tercera barrera mencionada por la doctora es el verano, pero hay que 'aprovecharla' con cautela. El aumento de las temperaturas y la presencia de más rayos ultravioletas solo debilitan al virus y no acaban con él. Para Sáinz es preciso que las autoridades entiendan esto y no relajen las medidas de prevención  porque "la cepa seguirá entre nosotros con una menor fuerza, sin embargo, la vuelta al frío podría provocar rebrotes".

"A la normalidad no vamos a volver" fue una de las frases más repetidas por la entrevistada, y no solo por cuestiones sanitarias. La experta también habló de aspectos culturales: "Las zonas asiáticas ya están acostumbradas al uso de mascarillas por la contaminación tóxico-ambiental en sus países, pero nosotros no. No las necesitamos. En Europa ahora se empieza a hablar de esto". Las relaciones interpersonales también se deberán ajustar a la nueva realidad: "A ver ahora quién besa o abraza a un desconocido como antes se hacía. Los mediterráneos somos muy fiesteros y cercanos". Y hay más. "Imagínate los vuelos. ¿Será que van a dejar de recibir tantos pasajeros  y se implementará el distanciamiento social también en las naves? Tal vez sea necesario". 

"Hay tres pilares de prevención que se mantendrán por mucho tiempo", según Sáinz. El higiene de manos será fundamental en este entorno colonizado por el virus porque "ya sabemos que la cepa es sensible al jabón". El segundo es el distanciamiento social de un metro y medio. "Los hombres son seres de costumbres y probablemente les cueste distanciarse de las personas, pero esto deberá ser obligatorio en todos los lugares cerrados debido a que una gota de saliva puede transportar millones de partículas. Hay que separarse". En este sentido, las mascarillas son un "freno epidemiológico muy bueno y un signo visual  para concienciar a los ciudadanos", en palabras de la profesional sanitaria. Pero, representan una desventaja para las personas que no se las saben poner o utilizan una de baja calidad -como las que recomendó Sanidad- porque terminan infectando a los demás o incluso reinfectándose. El último pilar es el confinamiento. La doctora está segura de que las autoridades deberán mantener algunas restricciones de movimiento para controlar la pandemia. 

Este panorama puede ayudar a prever distintos escenarios para el futuro porque "el coronavirus no será la última pandemia a la que se tendrá que enfrentar esta generación. El siglo XXI será el de las pandemias, como el XX fue el de las bacterias. El anterior no lo notamos mucho porque los antibióticos son muy eficaces para erradicarlas", según la médico. En los últimos años la OMS ha otorgado el rango de pandemia a brotes que se propagaron por distintos continentes como el ébola de 2014, el MERS de 2012, la gripe porcina de 2009 y el SARS de 2003.  La experta ha asegurado que el mundo debe aprender de la oleada de contagios y muertes que ha dejado el Covid-19 a "blindarse' contra este tipo de amenazas porque no desaparecerán.

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