Un interno muerto y dos hospitalizados

El coronavirus azota a los funcionarios de las cárceles en pleno temor por los presos

Cárcel de Estremera, Madrid
Cárcel de Estremera, Madrid
EFE

La primera muerte de una presa en España por coronavirus no es la única preocupación con la que conviven ahora en las cárceles de todo el país. El fallecimiento de la primera persona reclusa del país es un frente más de los que ya tenía abiertos Instituciones Penitenciarias, que en apenas unos días ha pasado de mostrar que el cierre de puertas para adentro de las centros estaba funcionando a toparse con más de un centenar de presos con síntomas de contagio. Pero lo que llama más la atención dentro del organismo es cómo están aumentando los casos sospechosos entre los funcionarios. Un colectivo esencial y que ya dobla en número al de reclusos que están en cuarentena, como ha podido saber La Información. Pero que, por ahora, no va a motivar que haya una entrega de material de protección a toda la plantilla

A pesar de que el número de internos dobla al de trabajadores en las cárceles, son estos últimos los que más se están infectando. Hasta el momento hay 38 casos confirmados por Covid-19, muchos de ellos de empleados que desarrollan su rutina entre los módulos y los edificios que albergan a los reclusos. Lo que es más del doble que hace unos días, cuando Prisiones señaló que había 15. Pero el aislamiento de casos sospechosos no ha dejado de crecer. De hecho, se ha disparado. La cuenta ya va por los 225, pero fuentes internas elevan esa cifra hasta los 250 positivos. 

La situación con los presos está mucho más controlada. Aunque, como admiten desde Prisiones, el avance del virus puede dar la vuelta a este escenario en pocos días. Por el momento, y con el cierre que se hizo efectivo contra el Covid-19, se ha puesto en cuarentena a 125 personas que cumplen condena en los distintos centros de toda España. Es decir, menos del 1% de los más de 50.000 reclusos registrados en todo el Estado. Unas cifras que, según la institución, respaldan la drástica medida de haber echado el cierre para intentar mitigar que se produjeran brotes en unos emplazamientos especialmente sensibles. Incluso con que esto haya supuesto que se puedan generar problemas internos, ya que se ha paralizado la entrada de droga que se consume y se han suspendido los 'vis a vis'. 

El fallecimiento confirmado de esta mujer con varias patologías previas y los otros tres positivos confirmados no ha generado por ahora una preocupación excesiva, debido a que se trata de "pocos casos, afortunadamente". Estaba víctima, de hecho, ya estuvo ingresada en la enfermería de una cárcel madrileña desde el pasado día 20. El motivo fue una insuficiencia cardiaca, que encajaba con los posibles síntomas que le podían generar las otras enfermedades que padecía. Cuando empeoró, fue trasladada a un hospital, donde ha muerto finalmente horas después de confirmarse que estaba enferma de coronavirus. De los otros dos internos que están ingresados tras ser diagnosticados no se conocen más detalles por el momento.

Tanto los presos que están en el hospital como la fallecida pertenecían a la prisión de Madrid VII, más conocida como Estremera. Este centro es el que más problemas presenta en la actualidad, ya que aparte de los positivos también concentra a otros reclusos y a varios funcionarios que han sido apartados por haber mostrado tos seca o fiebre en los últimos días. Desde Instituciones Penitenciarias niegan que esta cárcel esté en riesgo de convertirse en un foco de la pandemia que desencadene una ola de contagios. Pero sí admiten que se está siguiendo con atención cómo evoluciona la situación, al tratarse del lugar en el que más Equipos de Protección Individual (EPIs) se han repartido por estos mismos motivos.

Se mantienen los protocolos

Aun así, que la tasa de posibles positivos esté al alza y haya más del doble de enfermos por el virus entre la plantilla no va a provocar un cambio en los protocolos establecidos para intentar mitigar los efectos del mismo. Instituciones Penitenciarias va a mantener su estrategia de que haya turnos estancos entre el personal de oficina y de otras secciones que no conviven día a día con los presos. Lo mismo con quienes sí hacen esta última labor, a los que ya se dio libertad para organizarse en base al criterio de reducir al máximo posible los desplazamientos hasta los centros. Además, su forma de trabajo hace que pasen más tiempo en casa que en sus puestos, ya que concentran toda su jornada semanal en tres días, donde se ocupan de diferentes turnos. 

Tampoco se va a variar la directriz que existe sobre los EPIs que están disponibles tanto para funcionarios como para población reclusa. Prisiones insiste en que no es necesario que se produzca un reparto total de mascarillas o guantes a los cerca de 24.000 trabajadores y más de 50.000 internos, como señalan fuentes del organismo a este diario. Por tanto, se mantendrá la instrucción de solo entregar esos recursos a casos sospechosos, personas con patologías graves, embarazadas o a todo aquel que esté o haya estado en contacto con los tres grupos anteriores. Aun así, los funcionarios ya se han movilizado para solicitar un refuerzo del material a las Delegaciones del Gobierno, que son quienes interlocutan con el Ministerio de Sanidad para abastecer a las administraciones. 

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