La actividad solidaria funciona más que nunca

Monjas sin miedo y curas 'online': paseo por una Iglesia que planta cara al virus

monja coronavirus
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Europa Press

No tienen miedo. La madre vicaria del convento mallorquín de Santa Clara, Sor María Asunción, no teme al coronavirus: "Si tiene que llegar, alabado sea Dios". El Padre Ángel Garrido sale cada día a la ventana para "dedicar una palabra de ánimo" a los que caminan por la calle para ir a comprar en Autol. A una hora en coche de donde se encuentra él, también en La Rioja, el prior del Monasterio de Yuso reconoce que a ellos, que gozan de forma habitual de una intensa actividad turística, este frenazo también les ha afectado económicamente, aunque le quita importancia... "No es algo que me preocupe especialmente, lo primero es superar la crisis sanitaria". En varias localidades gaditanas, muchos quilómetros al sur, los párrocos se han lanzado a las redes sociales para dar sus misas. Cuando Dios cierra una puerta, deben de pensar, siempre abre una ventana

Junto al resto de sus hermanas, Sor María Asunción, como tantas otras religiosas a lo ancho y largo del país (según la Conferencia Episcopal hay un total de 40.096 en España), se ha empeñado en tejer, coser y montar la mayor cantidad posible de máscaras para abastecer a aquellos que las necesiten y se han quedado sin ellas por culpa de la escasez de material sanitario. "Usamos las sábanas más gruesas que tenemos". Pasan el día atareadas en su nueva empresa y orando: "Rezamos mucho más que antes. Pasamos todo la jornada con las mascarillas y rezando. Estamos haciendo una cuarentena de rosarios". 

Lo que menos les cuesta es una de las cosas que más difíciles están resultando al resto de españoles: el confinamiento. El convento de Santa Clara es de clausura, de modo que están acostumbradas a no salir de casa. "Nosotras hemos elegido esta vida, pero eso no significa que no sea sacrificada. Ahora, mucha gente entiende el esfuerzo que representa". Con previsión,  las religiosas de Santa Clara ya hicieron una compra grande antes del encierro y, ahora, las vecinas también les dejan víveres extramuros del convento. 

Los párrocos mantienen el contacto son sus feligreses

En Autol, el Padre Ángel Garrido mantiene el contacto con sus feligreses vía telefónica o a través de mensajes de WhatsApp. La iglesia está cerrada, pero él no pierde el contacto con el pueblo. "Estos días", apunta, "incluso personas con las que tengo una relación muy escasa me han escrito para hablar sobre sus preocupaciones". Entre carcajadas, asegura que no controla demasiado "eso de las redes sociales", pero sí que hay sacerdotes que están oficiando misa a través de Facebook. Está sucediendo en diversos puntos de España, por ejemplo, en las localidades gaditanas de Chiclana de la Frontera o Véjer de la Frontera, tal y como asegura María José Atienza, directora de Prensa del Obispado de Cádiz y Ceuta

Algunos párrocos se han puesto a dar misa hasta desde los tejados. Sin embargo, el común denominador recomienda a sus vecinos seguir las misas a través de la televisión. El de la parroquia catalana de Santa María de Cambrils recuerda a sus feligreses que el arzobispo de Tarragona las dará en directo. Al contrario que pasa con las misas, si algo no ha dejado de funcionar en la Iglesia son las labores solidarias. El padre Ramon Bofí de la parroquia de Sant Pere de Roda de Ter, en la montañosa comarca de Osona (Barcelona), lo tuvo claro: "Yo tengo 77 años y cerré las puertas de la iglesia dos días antes que lo ordenaran". "Ahora bien", continúa, "seguimos funcionando con Cáritas de la misma forma". 

Parón turístico en el Monasterio de Yuso

En el Monasterio de Yuso ocupan su día a día en llevar a cabo todas las tareas que a las que no pueden dedicar tiempo en su ajetreada vida. Otrora sembrado de turistas, el monasterio ve cómo sus monjes se dedican ahora más que nunca a la contemplación. "Sobre todo nos dedicamos a ordenar papeles, a leer y a rezar". Pedro Merino, el prior del monasterio, reconoce que el coronavirus es el tema por excelencia en las comidas con sus correligionarios, pero avisa: "Esta es una oportunidad privilegiada para reflexionar sobre la vida que llevamos habitualmente". 

El prior agradece que en el monasterio no tienen que contar ningún caso de Covid-19, pero, como el resto de religiosos entrevistados para este reportaje, también asegura que no le da miedo, "aunque es muy importante tomar todas las precauciones". Sobre el confinamiento señala que "el monasterio es grande" y "hay jardines", lo cual hace más fácil soportar el aislamiento. En cuanto al frenazo económico que significa cerrar el grifo turístico... no se trata de algo "que no se pueda solucionar" y "lo importante es centrarse en solucionar la crisis sanitaria".

Como el prior de Yuso y la madre vicaria de Santa Clara en Mallorca, la hermana Gimelda Sas del Convento de las Trinitarias Descalzas, que levanta sus muros en el Madrid de los Austrias, recomienda planificar bien el día para llegar cansados a la cama y no padecer de insomnio. Lejos de la capital, desde el frío pueblo de Roda de Ter, el padre Bofí reflexiona desde una de las 23.021 parroquias que hay en España: "En estos tiempos que leer mucho. Recomiendo los libros de Etty Hillesum, hágame caso". 

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