Llegan a Madrid saniterios de toda España

Rebeca, enfermera canaria a la zona cero: "Tengo billete de ida, pero no de vuelta"

Rebeca Amador enfermera
Rebeca Amador enfermera
Rebeca Amador

Esta es la historia de Rebeca, pero no sólo la suya. Es la historia de todo un sector profesional que se está volcando para salvar al país de los estragos de la crisis del coronavirus. Rebeca Amador es enfermera en la unidad de salud mental en el Hospital Universitario de Nuestra Señora de la Candelaria de Tenerife y recibió un mensaje del sindicato al que está afiliada. "Hace falta gente en Madrid". No se lo pensó dos veces e inició los trámites para viajar a la capital tan pronto como fuera posible. Su objetivo: arrimar el hombro en la región española más afectada por el virus. A primera hora de la tarde de este viernes pidió ayuda por redes sociales: "Llego a Madrid mañana y no tengo dónde dormir". 

La comunidad de Twitter ametralló su publicación con centenares de retuits y decenas de respuestas de gratitud y apoyo. No sólo eso, muchos tuiteros le ofrecieron sus pisos y habitaciones para que pudiera quedarse en ellos durante su estancia en la ciudad. "Con tanto trámite burocrático no había forma de conseguir alojamiento", reflexiona la tinerfeña, que durante el día de hoy llegará, por fin, a Madrid: "El sistema de asignación de sanitarios a los distintos hospitales que necesitan refuerzo de personal funciona un poco lento si tenemos en cuenta la gravedad de la situación".

Cuando esa lentitud agotó su paciencia, Rebeca trató de ponerse en contacto directamente con los hospitales madrileños con tal de ofrecer sus servicios. Lo hizo por correo, pero, sobre todo, a través de Twitter. Gracias a un hilo –sucesión de tuits que sirve para exponer una información relativamente larga–, que publicó la conocida tuitera La Vecina Rubia, pudo conocer con concreción qué hospitales necesitan un refuerzo de sanitarios. 

"Tengo miedo... vengo con billete de ida, pero no de vuelta"

Rebeca trae la maleta llena a rebosar; no sabe cuándo volverá a Tenerife. "Lo que más espacio ocupa en mi equipaje", explicaba a La Información  horas antes de coger el avión, "son los libros". La enfermera está estudiando para opositar a Policía Nacional y no dejará de repasar a pesar de las duras jornadas de trabajo que tiene por delante. 

Por muy convencida que esté de volar hasta Madrid, no se esconde: tiene miedo. La vocación de servicio público es fuerte, pero reconoce que llegar sola al foco más complicado de la crisis y de dejar a toda su familia en la isla en medio de la vorágine de contagios, muertes y 'últimas horas' le genera ansiedad. "Lo que me da más respeto es no saber cuánto va a empeorar la situación", confiesa. 

Se alojará en un apartamento particular

Durante este sábado, la enfermera llegará a la ciudad y se pondrá manos a la obra en el Hospital Universitario de la Paz. Sin embargo, el viaje hasta la capital tampoco es cosa fácil. Rebeca se puso en contacto con Aena para consultar en qué condiciones debía viajar a Madrid teniendo en cuenta todas las limitaciones impuestas por el estado de alarma en el que está sumido el país. Aena le comunicó que tenía que personarse en el aeropuerto e informar a Iberia de que es enfermera: "Si viaja un sanitario, me dijeron, no se puede suspender el vuelo". 

A pesar de que distintos hoteles se han puesto a disposición de las autoridades para dar alojamiento a los sanitarios que llegan desde los distintos puntos de la península y las islas, ni el Gobierno ni la Comunidad de Madrid han facilitado a Rebeca ningún alojamiento por el momento, de modo que –de nuevo gracias a Twitter– ha tenido que aceptar una de las múltiples ofertas desinteresadas de particulares que recibió durante el día de ayer

Como ella, sanitarios de toda España se están movilizando para prestar su ayuda en las regiones más necesitadas. No se trata únicamente de Madrid. Otras ciudades como Barcelona también precisan, según los sindicatos, de personal para poder ofrecer garantías ante el incremento de casos que vive día a día nuestro país. España tiene suerte de tener a Rebeca; o, mejor dicho, a tantas Rebecas entre sus enfermeras y médicos. Ningún aplauso pagará nunca su entrega, su lucha y su sacrificio. 

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