Destino especial por el Covid-19

Refuerzo militar para el hospital Gómez Ulla: un ejército de celadores y auxiliares

Hospital militar Gómez Ulla
Hospital militar Gómez Ulla
EUROPA PRESS

Las Fuerzas Armadas siguen repartiendo a su personal por distintos ámbitos para reforzar los mecanismos de todo el país en la lucha contra el coronavirus. Tras las tareas de respaldo a los Cuerpos de Seguridad en las calles para hacer cumplir la cuarentena y la movilización de la UME en el gran foco de infección que son las residencias de ancianos, el Ejército suma una nueva tarea en el ámbito sanitario. Desde esta semana, casi medio centenar de militares se incorporarán al Hospital Central de la Defensa de Madrid, más conocido como Gómez Ulla, donde desarrollarán todo tipo de tareas. Unas labores que irán desde asumir las funciones de un celador o de un auxiliar de quirófano, hasta encargarse del mantenimiento del centro y de los aparatos que se usan en el mismo.

El grave escenario del Covid-19 ha provocado estos movimientos de personal dentro de la estructura que depende del Ministerio de Defensa. A todos los que forman parte de este operativo especial de refuerzo sanitario se les ha comunicado que su nuevo destino no tiene una fecha límite, como ha podido saber La Información. Es decir, tendrán que estar allí hasta que se dé por finalizada la crisis sanitaria. El plazo más optimista es que ejerzan sus nuevas tareas durante los próximos dos meses, lo que supone que mantendrán este nuevo desempeño hasta finales de mayo. Pero todo dependerá de cómo evolucione la situación. Y el Ministerio de Sanidad ya ha lanzado varios avisos de que las medidas para acabar con la enfermedad pueden alargarse en el tiempo. 

Este grupo, formado por unos 44 soldados de las divisiones de la Brigada de Sanidad (BRISAN), el Mando de Artillería Antiaérea (MAAA) y el Mando de Ingenieros (MING), dejará atrás su rutina en el cuartel o las maniobras para adaptarse a la nueva realidad que impone la pandemia que ya ha dejado más de 4.000 muertos en todo el país. A cada uno de ellos se les ha dado instrucciones específicas de cuál va a ser su labor, por lo que tienen un rol asignado dentro de la dinámica del hospital. De esta manera, todos saben si ejercerán tareas de conductor, de auxiliar, de fontanería o de albañilería

Como explican fuentes de Defensa consultadas por este diario, los que se ocuparán de las labores que implicarán tener contacto con pacientes que sufran el virus serán los de BRISAN. Sus miembros se repartirán entre las distintas plantas del hospital militar para asumir las funciones de auxiliares de enfermería, ayudantes de quirófano y celadores. Este último puesto también será el que ocupen los militares del MAAA, que ayudarán a la estructura general del centro médico en distintas tareas. Por último, el personal de la MING estará disponible para apoyar a los equipos de electricidad, fontanería, climatización, soldadura y albañilería.

Todo este despliegue, que también ha sido confirmado por el Jefe del Estado Mayor de la Defensa, Miguel Villarroya, no es el primero que realiza el departamento que lidera Margarita Robles. Hace casi dos semanas, el Gómez Ulla ya recibió a un número considerable de médicos y otros profesionales del Ejército para poder llevar a cabo su labor en medio de esta etapa crítica. Un movimiento que quedó recogido en el Boletín Oficial de la Defensa (BOD), en el que se recogía quiénes eran y en qué destino prestaban servicio quienes desde el pasado 16 de marzo pasaban a dedicar su tiempo al día a día del hospital.

Múltiples tareas para las Fuerzas Armadas

El personal sanitario militar y el de otras divisiones que estará durante las próximas semanas en el Gómez Ulla no es el único que va a tener que emplearse a fondo durante el tiempo que dure la crisis. La que más labores distintas está llevando a cabo es la Unidad Militar de Emergencias (UME), que ya acumula numerosas peticiones de intervención en ámbitos de todo tipo. El último y más importante es el de que se ocupe de la situación límite que se vive las residencias de ancianos de todo el país. Unos emplazamientos que están sufriendo como ninguno las consecuencias del virus, al acoger al grupo de mayor riesgo en sus instalaciones. Y en los que realizan tareas de desinfección y de ayuda al personal para cuidar a los mayores enfermos y proteger a los que no han cogido el Covid-19. Además, la UME fue quien montó en pocas horas un hospital transitorio en las naves de la Feria de Madrid. 

Por tanto, las Fuerzas Armadas no paran de asumir competencias para ejercer un respaldo a todas las administraciones que así se lo soliciten. Las personas sin hogar son otro de los grupos de riesgo de los que están encargándose, como quiso destacar el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias. Además, se están repartiendo las tareas de patrulla en las calles y de realización de controles para garantizar que la población cumple con las restricciones del Estado de Alarma. Una implicación social y de autoridad que, si se cumplen los pronósticos de Sanidad de mantener las limitaciones al movimiento y de reforzar los protocolos de seguridad, acabará yendo a más. 

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