Suma y sigue en la polémica sobre el recuento de contagios. El método empleado para contabilizar las víctimas mortales de la pandemia no es igual en todo el país: el balance de algunas CCAA no incluyen los fallecidos fuera de los hospitales. En este sentido, el ministro de Sanidad, Salvador Illa ha tratado de aplacar las críticas y ha defendido el sistema adoptado por su cartera: "Hay una absoluta transparencia en esta materia y vamos a seguir manteniéndola porque es importantísimo disponer de información veraz y cierta, a la hora de establecer un diagnóstico de la evolución de la pandemia y tomar las medidas para combatirla".
lla ha insistido en que "somos muy estrictos" en ese recuento y ha explicado que toda persona diagnosticada de coronavirus que fallece, está computada como fallecimiento por esta causa. La cuestión es que el método no es el mismo para toda España, lo que dificulta el análisis del escenario que vive actualmente el país. En el caso concreto de la Conselleria de Salud de Cataluña, los casos de las personas que fallecen en las residencias de mayores, no computan como víctimas del Covid-19.
El balance de fallecidos no es el único que ha generado discrepancias. El pasado viernes, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, ya señaló que tampoco las CCAA coincidían en los criterios de diagnóstico. "No es lo ideal", señaló Simón, quien explicó que las últimas instrucciones del Gobierno regional apuntaban a dejar fuera de las pruebas a aquellos pacientes con "cuadros clínicos típicos". El cambio de criterio, comunicó, descansa sobre "una respuesta relacionada con la carga hospitalaria y de los laboratorios".
Respecto a las últimas cifras, el ministro, que ha comparecido en rueda de prensa junto al titular de Consumo, Alberto Garzón, ha señalado que los datos conocidos este miércoles respaldan las medidas adoptadas este fin de semana: "Estamos en una fase de estabilización en la evolución de la pandemia y en un proceso de ralentización de la misma". En esta línea, ha puesto en relieve la "evolución favorable" de las cifras de ingresados en las unidades de cuidados intensivos en comunidades como Madrid, si bien ha indicado que en ningún caso significan que haya disminuido la tensión sobre el sistema asistencial.
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