"Voy a Madrid, tengo pulmones"

La otra lucha de las UCI: "Los trasplantes no podían parar... era de vida o muerte"

Hospital Puerta de Hierro
Hospital Puerta de Hierro
JuanJo Martín/EFE

"Lo peor ya ha pasado". La frase, tan manida en estos últimos días, recupera toda su fuerza cuando quien la emplea es Beatriz Domínguez-Gil, directora de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT). "En las semanas fuertes de la pandemia, los quirófanos prácticamente se cerraron y las UCI se coparon de enfermos del virus", explica la portavoz, "Las unidades de críticos tuvieron que librar una doble batalla para sacar adelante aquellos trasplantes que eran cuestión de vida o muerte". Las cifras no engañan. Los equipos de trasplante vuelven a tomar aire tras el huracán Covid y, aunque cruzan los dedos ante la posibilidad de un rebrote, han doblegado su propia curva en un ascenso donde, cada escalón, era una vida. 

La red nacional de trasplantes es una de las insignias del Sistema Nacional de Salud (SNS). "A fecha del 13 de marzo, un día antes del estado de alarma, trabajábamos a una media de 16 operaciones y siete donantes cada día", explica la directora de la ONT a La Información, "El impacto fue tan profundo que, en cuestión de días, pasamos a realizar menos de 4 operaciones diarias y a recibir un promedio de 1,7 donantes". En mitad del ruido y el descontrol, los equipos tuvieron que mantener la cabeza fría porque estos pacientes se convirtieron en esa 'bomba de relojería' que no todos se atrevían a tocar .

Gráfico trasplantes

"Me voy a Madrid, tengo pulmones"

Raúl lo vivió en primera persona. Este salmantino, de 53 años, llevaba catorce meses esperando un pulmón. El teléfono sonó un 26 de febrero: debía acudir al Hospital 12 de Octubre -todos los enfermos de la región se derivan a la capital- para entrar a quirófano ese mismo día. "Me voy a Madrid, tengo pulmones", fue el mensaje que escribió en el grupo de Whatsapp de enfermos de pulmón de Salamanca. "Estaba listo, pero un nódulo de 2 milímetros en el órgano que me iban a acoplar obligó a cancelar la operación".  

El miedo al contagio empezaba a extenderse por el país. La empresa de traslados que tenía que devolverle a Salamanca, el grupo Ambuiberica, canceló los servicios que tenía programados ante la pandemia. Raúl y su mujer se quedaron en tierra con un viaje del 12 de Octubre a Chamartín y de allí a la ciudad castellana... sin apenas oxígeno. "Mi mochila tiene una cobertura de 4 horas, cualquier golpe o caída, me hubiera dejado sin oxígeno en el tren". Sus hijos le esperaban en la estación con otro respirador. No hizo falta. "Se me vació nada más pisar mi casa"

Un plan de choque, contra el terreno perdido

"La actividad se está recuperando con paso firme, aunque está claro que somos una de las secuelas de esta crisis sanitaria", asegura Domínguez-Gil. "Acumulamos semanas donde solo se atendían trasplantes urgentes o con unas necesidades tan específicas que resulta casi imposible encontrar el órgano que requieren". Este mismo jueves, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, se ha hecho eco de las cifras de la ONT: desde el 13 de marzo hasta el 19 de mayo se han realizado 274 trasplantes a partir de 127 donantes.

El doctor Jaume Tort, director de la Organización Catalana de Trasplantes, reconoce a este diario que mantener esa actividad en plena pandemia ha supuesto un doble reto. Por un lado, los protocolos en el control del donante y el paciente se han redoblado, ya que "debíamos estar seguros en cada caso de que ambos eran negativos en Covid". Por otro, con las UCI plagadas de enfermos del virus, el cuidado en el trato al paciente trasplantado se ha intensificado. Las operaciones se limitaron a los enfermos con urgencia cero -aquellos que están en riesgo de morir en las siguientes 48 horas-: "Había que ser muy cuidadosos, con los hopitales llenos de Covid, no se podía garantizar la separación de los circuitos limpios de virus de los que no lo estaban"

Los españoles han comprendido que el tiempo pasa más lento cuando lo que se te niega es la normalidad. Aquellos que viven en lista de espera, no han necesitado una pandemia mundial para darse cuenta. Marta lleva dos años enchufada a un carrito de oxígeno las 24 horas. Como Raúl, forma parte del grupo de enfermos de pulmón de Salamanca. "Recibí la noticia de que Raúl se iba a Madrid, pero poco después nos mandó un mensaje que decía que la misión había sido abortada". A ella le llamaron un día después, el 27 de febrero. "Me estaba haciendo un café cuando me dijeron que había pulmones para mí... casi me da algo". La mujer estaba con antibiótico, así que aplazaron la operación. Después llegó la pandemia. "Si echo la vista atrás, creo que fue un favor... no me imagino qué hubiera pasado si llego a entrar en una UCI con este panorama".

España aún no había llegado al pico, pero ya no había espacio ni garantías para unos pacientes que, como lamenta Raúl,"si pasa un pájaro a nuestro lado con un catarro... al momento lo tenemos nosotros". Domínguez-Gil apunta en la misma direcció: "La Covid ataca con especial agresividad a los pacientes trasplantados". Y es que, por su condición, siguen un tratamiento a base de inmunosupresores, aquellos fármacos que aplacan la activación de las células T, evitando que estas ataquen al órgano trasplantado.

"Me quitaron uno de mis respiradores porque hacía falta"

"Los trasplantes son el termómetro de lo que ocurre en los hospitales", explica la directora de la ONT a este medio.  Aquellos que podían esperar han tenido que hacerlo. "En el caso de los trasplantes de riñón, que son la mayoría, hay otra opción que es la diálisis, es una alternativa penosa, sí, pero es una alternativa al fin y al cabo", asevera Jaume Tort. Las cifras señalan en la misma dirección. En este tiempo se han realizado 148 trasplantes renales, 77 hepáticos, 34 cardíacos, 11 pulmonares, tres de páncreas-riñón y uno de hígado-riñón.

El presidente de la fundación de enfermos renales ADER, Antoni Tombas, apoya la determinación de las autoridades sanitarias de reservar la actividad a los casos de vida o muerte, pero critica, en conversaciones con La Información, la falta de información: "Los pacientes en diálisis han echado en falta un comunicado oficial que explicara por qué todas sus operaciones quedaban canceladas". El mensaje no llegó

Esa psicosis colectiva ante un posible contagio se multiplica por mil en el caso de estos pacientes. "Mi marido y yo llevamos durmiendo en habitaciones separadas desde que empezó el confinamiento", cuenta Marta. El virus ha puesto en jaque a toda España, pero a ellos los confinó primero. "Ya el 10 de marzo me dijeron desde el 12 de Octubre que no saliera de casa", cuenta Raúl. Sanidad se llevó su segundo respirador, ese con el que podía salir a pasear: "No he podido asomarme ni al jardín, pero soy consciente de que en una UCI hacía más falta". Esta semana ha vuelto a pisar la calle para ir a la peluquería. Las protestas de su familia no lograron detenerlo: "Soy carnicero, si los peluqueros no cortan mis filetes yo tampoco me corto el pelo". Hay cosas que uno no puede posponer, aunque esté acostumbrado a la lista de espera.

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