Crean en México la primera escuela oficial para ser mariachi

  • Pese a que para algunos ser mariachi es un estilo de vida cuya escuela es la calle y su clave del éxito la experiencia, México ha decidido profesionalizar a estos músicos y hacer que sea posible conseguir un título oficial en la primera escuela del mariachi, creada en Ciudad de México.

Paula Escalada Medrano

México, 5 sep.- Pese a que para algunos ser mariachi es un estilo de vida cuya escuela es la calle y su clave del éxito la experiencia, México ha decidido profesionalizar a estos músicos y hacer que sea posible conseguir un título oficial en la primera escuela del mariachi, creada en Ciudad de México.

"Queremos que se les reconozca como músicos, que tengan un grado, un certificado en música y posiblemente eso cambie la ideología que existe sobre la música del mariachi", dijo hoy en la presentación de la escuela Leticia Soto, quien será la directora de este centro.

La presentación de esta escuela se produce meses después de que la Unesco decidiera incluir al mariachi en la Lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, por ser una expresión única y representativa de todo México.

El próximo 8 de octubre, un total de 72 jóvenes mexicanos de una edad cercana a los 14 años comenzarán las clases en esta escuela, ubicada a un costado de la que es la cuna de la música mariachi, la plaza de Garibaldi de la capital mexicana.

Tres años de estudios en los que cursarán asignaturas como historia del mariachi, entrenamiento auditivo o técnica instrumental en alguno de los instrumentos básicos para que el mariachi suene, esto es, vihuela, guitarra, guitarrón, violines y trompetas.

"Todos los maestros tienen una experiencia de formación musical de alto nivel, pero también la experiencia de tocar mariachi", aseguró Soto, quien explicó que esta es la primera vez en México que se logra formar una escuela oficial con un plan curricular, aunque ya existen lugares en los que se imparten cursos.

"Hay un deseo, hay una demanda por parte de los músicos y por parte de los jovencitos que quieren aprender y formalizar sus estudios de mariachi", aseguró Soto, violinista y etnomusicóloga graduada en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).

La escuela es un proyecto de la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal y dependerá del Centro Cultural Ollin Yoliztli, un espacio de este gobierno para la promoción, difusión y educación artística y cultural.

Según contó el director de este centro, Federico Bañuelos, uno de los motivos para la creación de esta escuela es que les "picó" el hecho de que en Estados Unidos haya universidades que tienen licenciaturas o estudios de posgrado con el tema del mariachi y en México no había nada que les diera a los músicos "esa preparación y ese respaldo académico".

"Teníamos una deuda histórica que se remite al siglo XVII o XVIII, porque es algo que ha estado muy desatendido también", dijo Bañueños, quien explicó que aunque el nivel de la escuela de momento es técnico profesional, un nivel medio superior de la educación, la idea es hacer crecer el título hasta la Licenciatura.

Aunque la escuela estará enfocada en el mariachi popular, también contará con un área de investigación y documentación para rescatar aquella parte de este arte en peligro de extinción, el mariachi tradicional.

En la plaza de Garibaldi, en donde casi a cualquier hora del día puede encontrarse a un mariachi dispuesto a cantar una ranchera o un corrido, no todos están de acuerdo con que a su profesión se le dé un título, pues para muchos es un estilo de vida que se adquiere precisamente allí, en la cuna de este arte.

"Aquí aprendí todo. Esta se llama la Universidad Autónoma de Música de Mariachis", bromeó Miguel Ángel Núñez, quien a sus 60 años lleva 40 años ejerciendo en esta mítica plaza a la que acuden mexicanos y turistas con ganas de empaparse de sabor mexicano.

"No hay necesidad de escuelas, eso se trae en el corazón. La música de nosotros la tenemos en el corazón y aquí aprenden y aquí hay maestros buenos que les pueden dar. Les enseñarán, pero lo que no les pueden dar es el corazón", dijo a Efe.

Lo que él llama corazón, para su compañero Alberto Pacheco es sabor. "Se sabe que hay grupos de todo el mundo y sí, tocan igual, porque allí estudian desde niños en conservatorios, pero no les dan el sabor que necesita. Es como una comida que no tiene sazón. Y nosotros, con o sin escuela, le damos el sabor porque lo sentimos", contó.

Tiene 70 años y lleva más de 50 cantando en Garibaldi, a donde la gente acude para contratar mariachis y llevarlos a domicilios, una tradición muy extendida en México, sobre todo en los eventos especiales como bodas o celebraciones familiares.

Él se profesionalizó en la calle, escuchando a unos y a otros, dejándose aconsejar por maestros que no han pisado una escuela.

Sin embargo, para Salud Bernal, de 43 años, una de las pocas mujeres que ejerce en un mundo dominado por lo masculino, la creación de la escuela será muy positiva porque se conseguirá profesionalizar este trabajo.

"Es mucho mejor porque aquí hay muchos compañeros que no conocen lo que es la música mexicana, trabajan por trabajar y dándoles conocimiento a los niños les irán metiendo un poco más de amor a la música", aseguró.

Ella también aprendió todo lo que sabe de su padre, un mariachi que a sus hijos les dejó como herencia su carrera.

"Hay que tener un amor a esta profesión para poder seguir ejerciendo, hay mucho que aprender de ella todavía, mucho repertorio e historia sobre ella misma que mucha gente desconoce" y que la escuela, opinó, ayudará a preservar.

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