El crimen de Alcàsser

El fantasma de Antonio Anglés reaparece: ¿Qué pasó en el barco en el que se escapó?

El juez pregunta a las partes sobre la prescripción penal de Antonio Anglés
El juez pregunta a las partes sobre la prescripción penal de Antonio Anglés

Ya son 28 los años que han pasado desde el crimen y seguimos hablando de Miriam, Toñi y Desirèe, las niñas de Alcàsser. Y en esta ocasión no es por ningún documental sobre el cruel asesinato. El juzgado de Alzira (Valencia) ha pedido tomar declaración a la tripulación del barco irlandés en el que se fugó Antonio Anglés -cada vez son menos los que lo ponen en duda- tras torturar, asesinar y enterrar, junto a su compinche Miguel Ricart (en libertad desde 2013) a estas tres jóvenes, que fueron vistas por última vez subiéndose a un Opel corsa blanco en noviembre de 1992. En enero de 1993, unos apicultores encontraron sus cuerpos y hace tan solo un año un vecino de Piles que paseaba por el inhóspito barranco de La Romana encontró unas falanges que podrían pertenecer a las niñas. 

Muchos se acercan al lugar por la curiosidad que despierta uno de los casos que mantuvo en vilo a España durante más de dos meses.

Al tiempo que se intenta cotejar el ADN de los padres de Desirèe y Miriam con el extraído de esas falanges, un nuevo movimiento del juzgado hace que la sombra del fantasma de su asesino vuelva a aparecer: Antonio Anglés. El origen: la declaración del capitán del barco 'City of Plymouth' a 'Equipo de Investigación' de La Sexta. El espacio emitía el pasado 26 de enero de 2018 un programa especial en el que seguían los pasos de uno de los fugitivos más buscados de España hasta que se subió a ese carguero británico que zarpó el 18 de marzo de 1993 del puerto de Lisboa y atracó en el de Dublín a las 22:50 horas del 24 de marzo. Esos pasos estaban ya siendo investigados por dos periodistas, Genar Martí y Jorge Saucedo,  que años después publicarían el libro 'El fugitiu'. En sus páginas y en la hora de programa está el origen de este nuevo giro en un caso lleno de teorías conspiratorias que cada vez parecen más descafeinadas. 

El periodista Genar junto al capitán del barco
El periodista Genar junto al capitán del barco / Cedida

La orden de busca y captura internacional contra Antonio Anglés sigue activa. Su cuerpo nunca ha aparecido. Es por ello que hay que investigarse cualquier dato novedoso que pueda contribuir a conocer su paradero y propiciar su detención. Hace unos días el juzgado recibió un informe policial donde se solicitaba nuevos interrogatorios a testigos, miembros de la tripulación del barco desde el que huyó el fugitivo. Ha quedado constatado de manera científica que en ese barco hay huellas de Anglés, más allá de que le reconociera toda la tripulación. También se encontraron huellas suyas en la casa del toxicómano que le cobija durante unos días en Lisboa y al que coge su pasaporte. Así, la titular del Juzgado de Instrucción 6 acordó en noviembre pasado la emisión de una orden europea de investigación para solicitar la colaboración de las autoridades del Reino Unido en ese sentido, diligencias que se están actualmente cumplimentando.

Seis días estuvo Anglés de polizón en ese barco cuyo capitán, Kenneth Steven, hablaba por primera vez ante las cámaras de televisión para asegurar que "alguien le tuvo que ayudar". Relata en el programa que, cuando uno de sus marineros le descubrió, decidieron encerrarlo a la espera de llegar a tierra y entregarlo a las autoridades. No sabían de quién se trataba (en el programa reconoce que su foto la ve por primera vez ante las cámaras). Su pasaporte portugués y su ropa les hizo pensar que era un pescador del puerto del que zarparon. Primero lo encerraron en el cuarto donde tenían las cervezas y después lo llevaron a otro camarote. Pero escapó. La puerta estaba cerrada con llave y estaba vigilado pero el capitán relata que huyó en una "barca hinchable que debió dejar caer al mar desde unos siete metros de altura. Escapó en medio de la bahía de Vizcaya".

Ese primer intento de huir no le salió bien. Sigue Steven relatando que, después de que descubrieran su fuga, fue devuelto al mercante por un avión que envió Francia al escuchar el aviso del barco. De regreso fue encerrado de nuevo y por fuera atrancaron la puerta con maderos. "Era materialmente imposible que él abriese la puerta desde dentro", recuerda este capitán, que no olvida la cara de todos cuando llegaron a puerto y comprobaron que Anglés ya no estaba. El capitán recuerda que las maderas seguían clavadas, pero dentro no había nadie. "Alguien tuvo que dejarle salir y haber recolocado la madera. No pudo escapar de ese camarote sin ayuda", indicaba el capitán. La tripulación del barco eran diez personas. El capitán no quiso señalar a nadie "sin pruebas". 

Tras su testimonio, la policía ha considerado que todos deben ser interrogados. Así, la jueza al frente del caso emitió en noviembre una orden europea de investigación para que tanto Reino Unido como Escocia practiquen estas diligencias de interrogatorio a los testigos miembros de la tripulación, declaraciones que ya se están practicando, según el TSJCV. El capitán ya fue interrogado por la policía en 1993 para tratar de descubrir cómo se pudo producir la fuga, aunque sin lograr ningún esclarecimiento. La versión de los hechos del capitán se incluyó en el sumario, que entonces instruía otro magistrado, pero no se consideró necesario ampliarla. En ningún momento desveló lo que años después relató ante las cámaras de televisión. 

Hasta que Anglés llegó a ese barco las investigaciones apuntan que los cuerpos de seguridad empiezan su búsqueda en Catarroja el 27 de enero de 1993. Allí encuentran a Ricart, un atracador de poca monta que una vez detenido señala a Anglés como 'cerebro' de todo. Así pasó a ser el enemigo público 'número uno'. 27 años después sigue desaparecido. En su huida llega a secuestrar a un agricultor al que obliga a que le lleve en su coche hasta Minglanilla. Ya era el 11 de febrero cuando pone rumbo a Iniesta. La investigación también le llega a situar en Madrid hasta que el 18 de marzo logra cruzar la frontera con Portugal y embarcarse. Según las hipótesis, el 23 de marzo salta del barco en Dublín y la policía irlandesa no logra localizarlo. El capitán del barco habría relatado que tenían 24 salvavidas y faltaba uno. Un día después apareció en las costas de Dublín. O Anglés llegó a tierra o se ahogó.

Mientras, Ricart fue condenado a 170 años de cárcel, de los que cumplió 20 tras la derogación de la doctrina Parot. No reconoció el asesinato ni la violación. Sobre Anglés siguen vigentes cuatro acusaciones: triple asesinato, tres violaciones, rapto de menores y  posesión ilegal de arma de fuego. Vivo o muerto su nombre sigue generando muchas dudas. Esta nueva investigación a los marineros de aquel barco en el que se embarcó como polizón es un paso más en un caso que vuelve a poner a cero el contador de la prescripción. Ahora llega a 2024. La justicia no quiere que los crímenes de estas tres jóvenes queden impunes solo porque el tiempo pase. La primicia, desvelada por el diario 'Las Provincias', vuelve a poner de nuevo el foco en un caso protagonizado por el fugitivo más célebre, que este julio cumpliría 54 años. 

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