De la identificación a los gases lacrimógenos: así debe actuar un antidisturbios

  • El protocolo de las Unidades de Intervención Policial (UIP) permite que se utilice la fuerza en las manifestaciones consideradas "ilegales" pero las diferentes intervenciones de los agentes en las protestas estudiantiles de Valencia y de Madrid en los últimos días indican que no siempre actúan de la misma manera.
VÍDEO | Miles de personas cortan el centro de Madrid en solidaridad con los estudiantes del Luis Vives
VÍDEO | Miles de personas cortan el centro de Madrid en solidaridad con los estudiantes del Luis Vives
Adriano Morán
Claudia Vasconcelos

Un estudiante recibe un golpe que le parte las gafas, a su lado otro es víctima de un porrazo en la espalda. Ambos ocuparon la mayor calle de Valencia el pasado lunes para rebelarse contra los recortes en la educación. Ambos eran el blanco de los agentes antidisturbios. Esas imágenes recorrieron España y generaron una ola de indignación: la Primavera Valenciana.

De la misma manera, dos días después centenares de jóvenes tomaron la Gran Vía, la mayor arteria de Madrid, en solidaridad con los valencianos. Se movieron por la ciudad a sus anchasante la quietudde los antidisturbios.

Si el único delito que cometieron los estudiantes de Valencia fue interrumpir el flujo de vehículos en la calle Xátiva al igual que sus compañeros madrileños, ¿por qué recibieron un trato distinto? "En Madrid no hubo mayores disturbios. No se ha roto mobiliario urbano, no han lanzado objetos contra la policía y el corte de la calle fue canalizado por los municipales", explica a lainformacion.com el portavoz de la Confederación Española de Policía (CEP), Lorenzo Nebreda.

El protocolo de actuación de los antidisturbios considera ilegal cualquier protesta que no se haya comunicado con 24 horas de antelación a la Delegación del Gobierno. Ahora bien, en el caso de que las manifestaciones sean ilegales el reglamento establece lo siguiente:

Se deberá identificar a los promotores de la concentración y dirigirse a ellos para informarles de que deben interrumpir la protesta en un tiempo máximo de cinco minutos.

Si la manifestación continúa, los agentes están autorizados a utilizar la fuerza mínima, es decir, a usar armas de ruido y golpear a los asistentes con sus porras en la espalda o en otro sitio menos lesivo.

En el caso de que ésta prosiga, se procedería al uso de escopetas de bolas de goma y botes de gas lacrimógeno.

Para establecer este reglamento el Cuerpo Nacional de Policía (CNP) usó como fundamento la Ley Orgánica 09 de 1983, que regula las concentraciones públicas. Tanto desde el Sindicato Unificado de Policía (SUP) como desde CEP aseguran que esta fórmula se aplica en casos de "grave alteración de la seguridad ciudadana", lo que significa, en términos generales, cortar el tráfico, arrojar objetos contra otras personas o destruir el mobiliario urbano.

Este medio se ha puesto también en contacto la CNP que se ha negado a explicar cómo debe proceder un antidisturbios en una manifestación por tratarse de una cuestión de "seguridad nacional".

En opinión del portavoz de SUP, José María Benito, los agentes de Valencia obedecieron lo establecido en la legislación. "Antes se les avisó (a los estudiantes) y se les dio un plazo para salir".

Las entidades policiales se defienden: "Lo que algunos manifestantes hicieron en Valencia fue ir a otras calles donde no estaba la Policía e intentar colapsar la ciudad pero la ley no se negocia. No hay otro remedio que usar la fuerza", explica Nebreda.

A pesar del argumento, las cargas contra menores de edad han puesto a la opinión pública en contra de la Policía, algo que Benito considera injusto: "Dos semanas antes tres policías murieron en A Coruña al intentar salvar a un estudiante eslovaco que se ahogaba. No se puede juzgar a la policía aisladamente por un hecho del lunes pasado".

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