De la Quadra-Salcedo o cómo evocar el espíritu mediterráneo desde América

  • Las legendarias aguas mediterráneas, que han bañado civilizaciones históricas, inspiraron al periodista Miguel de la Quadra-Salcedo para poner en marcha, hace ya casi tres décadas, un programa académico y cultural que permite viajar a los jóvenes no ya hacia América, sino sobre todo hacia sus almas.

Concepción M. Moreno

Madrid, 15 jun.- Las legendarias aguas mediterráneas, que han bañado civilizaciones históricas, inspiraron al periodista Miguel de la Quadra-Salcedo para poner en marcha, hace ya casi tres décadas, un programa académico y cultural que permite viajar a los jóvenes no ya hacia América, sino sobre todo hacia sus almas.

El aforismo de la Grecia clásica "Conócete a ti mismo" y un crucero universitario, que en 1933 llevó a unas 200 personas, entre docentes y estudiantes, por puertos como los de Alejandría, Rodas, Estambul o Siracusa, son las dos fuentes mediterráneas de las que, como reconoce a Efe el veterano aventurero, bebe la Ruta Quetzal BBVA, siempre vinculada a América y que este año cumplirá su vigésima octava edición.

La XXVIII edición de la Ruta Quetzal BBVA, bajo el lema "De la selva del Darién a la Europa de Carlos V", recorrerá entre el 19 de junio y el 23 de julio tierras de Panamá, España y Bélgica.

"Es un viaje de descubrimiento de cada uno sabiendo quién eres, qué fuerza tienes, qué espíritu de sacrificio posees y qué límites puedes tener. Si quieres hacer una cosa, la haces", relata De la Quadra-Salcedo (Madrid, 1932) sobre la expedición que anualmente planifica y dirige, en alusión a la famosa frase inscrita en el templo de Apolo en Delfos.

Con 81 años ya cumplidos, confiesa que un viaje organizado solo un año después de su nacimiento, amparado por la Institución Libre de Enseñanza (ILE) y dirigido por el filósofo Manuel García Morente, con el respaldo de, entre otros, José Ortega y Gasset, fue la inspiración para crear la Ruta Quetzal BBVA.

En aquel barco, una suerte de aula flotante, en el que los estudiantes recibían lecciones fuera de su entorno habitual, viajaban alumnos como Fernando Chueca Goitia, Soledad Ortega, Isabel García Lorca o Julián Marías, autor de "un diario de viajes que fue premiado", como relata De la Quadra-Salcedo, quien anima a los jóvenes ruteros de hoy a que sigan ese ejemplo.

También el del general griego Jenofonte, considerado por algunos autores uno de los primeros corresponsales de guerra por su obra "La Anábasis". "Por favor, escribid", reitera.

Este plusmarquista nacional y mundial en varias disciplinas deportivas, cronista de momentos históricos -como la guerra de Vietnam, el golpe militar de Augusto Pinochet en Chile o el fin del imperio de Haile Selasie en Etiopía- y perito agrícola de formación reconoce la importancia de las nuevas tecnologías, pero, como el bibliófilo empedernido que es, sigue paseando sus ojos mediterráneos y sus sarmentosos dedos por gruesos volúmenes y legajos, en cuyas páginas va dejando marcas y notas.

"Hay que viajar con libros. El exceso de equipaje hoy en los aviones, por favor... libros", insiste.

Como uno de esos monjes medievales trashumantes que "iban de convento en convento", De la Quadra-Salcedo niega ser "reportero". "En mi pasaporte puse una palabreja que la usó San Benito cuando fundó la orden de los benedictinos: los giróvagos. Ese soy yo, de profesión giróvago. Nómada", aclara.

Con una vitalidad que le hace levantarse a las seis de la mañana para trabajar en el proyecto que ahora absorbe su tiempo, la edición facsimilar del testamento de Fernando el Católico, que presentará en las próximas semanas y que contará con el proemio de la duquesa Cayetana de Alba, confiesa que el momento actual "es el mejor".

"Estamos muy bien porque estamos en crisis. Es una maravilla. Del caos nace la luz. Eso pasa con las galaxias. Cuando íbamos a América, íbamos porque en España había hambre", recuerda De la Quadra-Salcedo, quien agrega que lo importante es "preparar el mundo" para las siguientes generaciones.

Esa idea es la que recupera al hablar de los indígenas americanos, como los habitantes de la selva del Darién, que atravesará la próxima edición de la Ruta Quetzal BBVA. En su opinión, son "los verdaderos ecologistas que quedan en el mundo", porque ellos "guardan ese patrimonio que tienen para que sus nietos y bisnietos puedan disfrutarlo".

En su muñeca izquierda luce un reloj con dos husos horarios, el español y otro, con siete horas menos, "la hora de América", afirma en otro de esos guiños suyos para reafirmar el mestizaje entre el mar Mediterráneo y América que él encarna.

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