Debate en Francia sobre la utilización de la kipá tras agresión antisemita

  • La agresión antisemita contra un profesor judío de Marsella (sur) desató en Francia un debate sobre la utilización de la kipá ante la amenaza de atentados, después de que el presidente del consistorio local aconsejara evitar su uso en la calle.

La agresión tuvo lugar el lunes en Marsella contra un profesor de 35 años de edad, que resultó levemente herido.

El agresor, un menor kurdo de nacionalidad turca, fue inculpado el miércoles por tentativa de asesinato en relación con un proyecto terrorista, anunció la fiscalía de París.

Un juez especializado deberá decidir ahora sobre la encarcelación del menor, cuya prisión preventiva pidió la fiscalía.

El joven, que cumplirá 16 años la semana próxima, reivindicó al ser detenido el lunes su acto "en nombre de Alá" y del grupo yihadista Estado Islámico. Antes de ser trasladado a París, declaró a los policías que está "orgulloso" de su acción y que tiene "vergüenza de no haber matado" a su víctima".

La agresión con un machete, perpetrada varios meses después de otros dos ataques antisemitas en Marsella, avivó la inquietud de la comunidad judía de la ciudad, una de las más importantes de Europa, con unos 70.000 miembros, y del resto de Francia, cuando se acaba de cumplir un año del atentado contra un supermercado kósher, que causó cuatro muertos el 9 de enero de 2015 en París.

El presidente del consistorio judío local, Zvi Ammar, aconsejó el martes no utilizar la kipá en las calles "hasta que lleguen días mejores", lo que desató la polémica.

Ese consejo es "un grito de emoción comprensible", pero "nosotros no debemos ceder nada, seguiremos usando la kipá", declaró el gran rabino de Francia, Haïm Korsia.

Por su parte, el presidente del Consejo Representativo de Instituciones Judías de Francia (Crif), Roger Cukierman, estimó que aceptar ese consejo sería "una actitud de derrota, de renuncia".

Joël Mergui, presidente del consistorio judío central de Francia, instó a toda la sociedad francesa a "defender la libertad de culto". "No toques a mi kipá", dijo, parafraseando el lema antirracista "No toques a mi amigo".

El debate concierne también el mundo político, donde se multiplicaron los llamados a no ceder al miedo.

Stéphane Le Foll, portavoz del gobierno, afirmó que éste no tiene por qué tener una posición sobre el uso o no de la kipá, pero "tiene una responsabilidad, la de asegurar la protección" de todos los ciudadanos y "denunciar los actos antisemitas".

"Debemos proteger a los judíos de Francia, como a todos los compatriotas", dijo, recalcando que el antisemitismo "que dura lamentablemente desde hace demasiado tiempo, ha adquirido hoy nuevas formas".

Por su parte, la ministra de Educación, Najat Vallaud-Belkacem, afirmó que el consejo de no utilizar la kipá de Ammar viene de la "buena intención" de "proteger a los suyos", pero "no es el mensaje que hay que enviar, sobre todo no en este momento".

En la oposición de derecha, el tono es similar. "Si bajamos la cabeza, si los judíos de Marsella renuncian a llevar la kipá, Francia ya no será verdaderamente Francia", dijo Xavier Bertrand, del partido Los Republicanos (LR).

El exministro Brice Hortefeux, del mismo partido, declaró el miércoles que comparte con el gran rabino de Francia la convicción de que "renunciar es ceder".

bur-mc/dmc

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