Del huerto a la mesa en el centro de la ciudad

  • Vecinos de entornos urbanos se unen para construir espacios comunitarios dedicados al cultivo ecológico en terrenos abandonados. En Madrid una asociación demanda la reutilización de parcelas en desuso para habilitarlas como punto de encuentro del barrio.
Huerto de la Sagrada Familia en Barcelona
Huerto de la Sagrada Familia en Barcelona
lainformacion.com
Markus Steen

Mancharselas manos de tierra para servir una ensalada natural en casa. Unaextraña sensación que conocen los vecinos de ciudades como Barcelona,Madrid o Valencia, entre otras. La ciudad condal es pionera en lacreación de estos pequeños rincones ecológicos de entre 25 y 40 metroscuadrados que el Ayuntamiento impulsó en los años noventa entrepersonas mayores de 65 años y que en la actualidad suman 12 espacioscomunitarios dedicados a esta actividad.

Pep Ordóñez,responsable de la coordinación de los huertos urbanos en elAyuntamiento de Barcelona, explica que el embrión del proyecto nacióalrededor del Parque Güell en 1993 cuando un grupo de vecinos pidió unespacio para cultivar verduras y hortalizas que más tarde recibiría elnombre de Huerto del abuelo. "En aquel momento se pensó que era unafrivolidad", cuenta.

"Mi función es buscar el emplazamientoidóneo para la siembra y encargarme de la gestión de cada uno de losproyectos. Hemos priorizado el acceso a las personas mayores y condiscapacidad y ahora vamos a incluir una línea de cooperación conpresos en régimen abierto. Hacemos mucha pedagogía con la utilizaciónde fertilizantes naturales", señala Ordóñez.

La agriculturaecológica en entornos urbanos tiene su origen en la permacultura, unadisciplina que nació en los años setenta en Australia como respuesta alos excesos de la producción a escala industrial. Victor Gonzálvez,director técnico de la Sociedad Española de Agricultura Ecológica, indicaque sus principios son la eliminación de pesticidas y químicos y,sobre todo, la conservación del terreno.

"El rasgo máscaracterístico es que cuida el suelo, mantiene su fertilidad y lopreviene de plagas y enfermedades además de no contaminar las aguassubterráneas", explica Gonzálvez.

La iniciativa catalana se haextendido a otras ciudades y municipios de la geografía española en losúltimos años. Los mayores suelen ser el principal beneficiario de estosproyectos, que persiguen fomentar el entretenimiento y la socializacióncon el resto de la comunidad de vecinos. Pero los jóvenes también losolicitan, indica Ordóñez.

Enverdecer lugares abandonados

Esel caso de Esto es una plaza, asociación constituida en torno al barriomadrileño de Lavapiés que tiene la sana ambición de teñir de verde lasparcelas abandonadas del paisaje urbano de la capital.

"Empezamosa finales de 2008 en un solar que llevaba 30 años abandonado. Pedimosun permiso al Ayuntamiento pero no nos dieron el visto bueno hastadiciembre del año pasado, con la condición de que el terreno seadevuelto si se quiere utilizar para construir", explica la voluntariaNuria Navarro, que publica en un blog conjunto todos los detalles delproyecto, desde cómo pedir una cesión municipal hasta recomendacionessobre qué sustrato emplear en la siembra.

Arquitectos ypaisajistas, entre otras profesiones, forman el elenco de voluntariosque tras participar en un taller de La Casa Encendida unieron susfuerzas para construir este punto de encuentro que cuenta con la aprobación del vecindario. "Todos los vecinos están muy contentos. Lainiciativa da una sensación de barrio y crea buen ambiente. Sinembargo, el Ayuntamiento no nos ha dado ni un punto de agua", cuentaNavarro, que le gustaría que su caso fuera "el inicio de algo".

Paradójicamente,el Ayuntamiento de Madrid estudia la posibilidad de unirse ahora a lanómina de ciudades que practica el 'huerting'. La Concejalía de MedioAmbiente quiere transformar espacios públicos "sin uso concreto" con laidea de crear una red de huertos por toda la ciudad. "Se está pendientede ver con Urbanismo qué tipo de posibilidades habría pero no sabemostodavía a qué tipo de público irá dirigido", explican, y añaden quedesconocen la iniciativa que ya existe en Lavapiés.

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