Los drones se suman a la búsqueda de pistas sobre el paradero de Marta Calvo

Búsqueda de Marta Calvo
Búsqueda de Marta Calvo
EFE

Si el temporal que azota toda la zona de Levante lo permite hoy, más de cien efectivos continuarán con la búsqueda de la joven Marta Calvo, desaparecida el pasado 7 de noviembre y de la que nada se sabe desde que enviara su ubicación en una casa de la localidad de Manuel a su madre. Eran las 05:55 horas y había quedado con un chico a través de una web de citas. Él se ha convertido en el principal sospechoso y su paradero tampoco se conoce. Ella, 25 días después, sigue desaparecida y para localizar algún indicio que dé con su paradero se sumarán a la búsqueda drones y la Unidad Militar de Emergencias (UME). En palabras del delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Fulgencio, la investigación "sigue avanzando lentamente" ya que hay "pocos vestigios". Ya dijo hace días que el desenlace puede ser "duro".

La última pista que hay es el hallazgo de varias prendas de ropa con restos que podrían ser manchas de sangre en las dos viviendas que tiene alquiladas Jorge P.J. a nombre de su madre. Se trata de un hombre de 37 años de edad que ya habría cumplido una condena en Italia por tráfico de drogas. Según algunos medios, también habría sido investigado el pasado mes de abril por la Policía Nacional tras la muerte de una prostituta en Valencia.

Ahora, el Servicio de Criminalística de la Guardia Civil tendrá que analizar esas ropas para determinar si efectivamente es sangre, determinar si es de la joven desaparecida o del sospechoso o si no llevan a ningún sitio. La ropa se ha encontrado tras un minucioso registro en ambas viviendas. Desde la que Marta envió su último mensaje a su madre -desde entonces no volvió a conectarse al móvil- es en la que vivía Jorge y el centro de la investigación. Los vecinos no recuerdan en exceso a su vecino, pero sí el vehículo oscuro que aparcaba en la puerta de la vivienda. Los agentes lo encontraron rápidamente porque Jorge se lo dejó a un amigo para que lo llevara al desguace. 

La otra vivienda se encuentra a unos 30 kilómetros, en L'Olleria. Hasta allí fue la Guardia Civil después de que su casera alertara a los agentes. Esta mujer, con la que se habría tomado algún Coca Cao cuando iba a pagar el alquiler, aseguró que en la casa había un ordenador, que ya estaría en manos de los investigadores. Una vez registrada la casa, el centro de las pesquisas ha vuelto a Manuel. 

Fuentes de la Guardia Civil no consideran que la pista relacionada con el narcotráfico sea la principal a seguir en este caso y, si bien no descartan que el sospechoso pueda haber recibido ayuda para salir de España por parte de personas relacionadas con el crimen organizado, creen perfectamente posible que esté escondido en nuestro país y pueda ser localizado pronto.

El sospechoso tuvo como mínimo dos días para poder acabar con cualquier prueba que ayudara a dar con el paradero de Marta. Es lo que tardó la madre de la joven en presenciarse en la vivienda desde la que su hija le avisaba que iba a pasar la noche del pasado 7 de noviembre. Cuando Jorge le abre la puerta y asegura no conocer a ninguna Marta la madre denuncia su desaparición. Ahí empieza una investigación que acaba en esa misma vivienda y cuyo fuerte olor a lejía sorprende a los agentes. Desde ese momento la desaparición se considera de alto riesgo. 

A Marta se le ha buscado en el río, en los pozos, en los alrededores de la vivienda por tierra y aire con el helicópteros. Ahora unos drones podrán alcanzar las zonas más complicadas de Manuel. Fulgencio ha insistido en que "el equipo de investigación baraja las posibilidades más negativas en cuanto al resultado pero no podemos adelantar". "No tenemos cuerpo, no tenemos resultado, no sabemos si esta persona está desaparecida o está fallecida y por tanto, tenemos que ser cautelosos a la hora de determinar el análisis de todo aquello que encontremos", ha concluido.

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