Aproximadamente un centenar de agentes irrumpieron por sorpresa en el campamento cuando los manifestantes estaban durmiendo tras bloquear las calles aledañas. "Mayoritariamente ha ido bien para ellos", ha señalado un portavoz policial, Eddy Chrispin, en declaraciones a Reuters.
Gran parte de las tiendas de campaña habían sido retiradas antes de la fecha límite fijada para el pasado jueves por el alcalde de Boston, Thomas Menino, tras recibir el apoyo de una sentencia judicial, pero aún quedaban en el parque ocupado por los manifestantes varias decenas de tiendas.
La Policía no empleó armas ni material antidisturbios en la operación y poco después del amanecer en el lugar quedaban solo los restos del campamento, algunos muebles y los operarios de la limpieza que trabajaban en su retirada definitiva.
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