Diecinueve pasadores cumplen con el rito mágico del paso del fuego

  • San Pedro Manrique (Soria).- Cerca de tres mil personas han presenciado en la noche de San Juan, la más corta del año, el tradicional paso del fuego en San Pedro Manrique, un rito mágico que este año fue protagonizado por dieciocho pasadores.

Diecinueve pasadores cumplen con el rito mágico del paso del fuego
Diecinueve pasadores cumplen con el rito mágico del paso del fuego

San Pedro Manrique (Soria).- Cerca de tres mil personas han presenciado en la noche de San Juan, la más corta del año, el tradicional paso del fuego en San Pedro Manrique, un rito mágico que este año fue protagonizado por dieciocho pasadores.

Entre ellos, la expectación se la ha llevado Raúl Pascual, natural de Ágreda y vecino de San Pedro Manrique que desde hace doce años ha cerrado el turno de los pasadores que han cruzado la alfombra de fuego.

Otro de los protagonistas ha sido Natividad García, hija del popular Alejandro "Chichorrillas", que ha cruzado con cinco pasos firmes por primera vez el manto de brasas.

Los pasadores han comenzado a cruzar cuando se superaban veinte minutos la medianoche abriendo el turno, como es tradición, portando a las espaldas a las tres móndidas de las fiestas de San Juan de 2010: Begoña, Daniela y Arancha.

El cura del pueblo, Antonio Arroyo, también se ha animado este año a participar en este ritual ancestral así como el popular Chichorrillas, que suma más de medio centenar de pasos del fuego.

El anfiteatro de la ermita de la Virgen de la Peña ha estado este año menos concurrido, por coincidir este festejo, declarado de interés turístico nacional, con el inicio de las fiestas de San Juan en Soria capital.

La alfombra de fuego, durante su preparación, llega a alcanzar 1.200 grados y, durante el festejo, en torno a 400.

La celebración ancestral del paso del fuego es, para los expertos, un ritual iniciático para lograr la inmortalidad a través de la hoguera purificadora y, para los menos versados, uno de los momentos más emocionantes del calendario festivo más allá de las fronteras provinciales y nacionales.

Jesús María Celorrio, que abrió este año el turno de pasadores, y que atravesó el paso del fuego por primera vez con quince años, ha manifestado que la única condición para superar el manto de brasas sin quemarse es "echarle valor, tener un poco de fe y pasar con firmeza, mirando hacia el frente".

El manto de cenizas ha necesitado este año dos mil kilogramos de leña de roble, cortada en el invierno pasado en montes de la comarca y guardada todo el año bajo llave a la espera de la noche mágica de San Pedro Manrique, según ha explicado Rafael Sánchez, uno de los tres horguneros del festejo, las personas que se encargan de preparar el manto de brasas.

A las ocho de la noche se ha iniciado la preparación de la hoguera, formando una pila de leña que ha sido encendida a las nueve de la noche para, dos horas después, confeccionar una alfombra de cenizas, con la ayuda de una vara de madera de cinco metros.

El grosor del manto de fuego está todos los años entre diez y quince centímetros, en función de como se haya quemado la leña, por seis metros de larga, para que los pasadores den una media de seis a ocho pasos para atravesar el manto de fuego y rememorar un año más una tradición ancestral.

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