Trabajar como profesor en la capital alemana le permitiría pasar más tiempo con su hijo de seis años, que lleva un año viviendo en Berlín con su madre, explicó el miércoles a la AFP, durante un paseo por las calles del barrio de Prenzlauerberg.
Ai podría enseñar en la universidad de las Artes de Berlín, que le había propuesto en 2011 un puesto de profesor invitado, una oferta que sigue vigente.
"Voy a hablar con ellos", dijo. "Voy a ver si podemos construir algo, una nueva forma de enseñar, o enseñar nuevos temas, porque creo que el arte está cambiando".
El artista chino descartó, no obstante, pedir asilo en Alemania. "No es que no tenga motivos para hacerlo, pero creo que si (las autoridades de China) me dejan salir, eso también significa que hay cierta confianza", consideró.
Tras cuatro años sin poder salir de su país, el artista contemporáneo chino más célebre, crítico acérrimo del régimen comunista de Pekín, recuperó su pasaporte de forma inesperada la semana pasada y viajó enseguida a Alemania, donde ya expuso sus obras en varias ocasiones.
Aterrizó en Múnich (sur) el 30 de julio antes de dirigirse a Berlín el miércoles.
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