Disidente chino Chen vuelve a EEUU tras estudiar modelo democrático taiwanés

  • El activista chino Chen Guangcheng, actualmente exiliado en Estados Unidos, finalizó hoy una visita de 18 días en Taiwán en la que estudió de cerca la democracia y el sistema judicial taiwanés.

Taipei, 13 jul.- El activista chino Chen Guangcheng, actualmente exiliado en Estados Unidos, finalizó hoy una visita de 18 días en Taiwán en la que estudió de cerca la democracia y el sistema judicial taiwanés.

"Los encuentros con luchadores prodemocracia en Taiwán, que han compartido sus experiencias, me han llenado de renovada vitalidad en mi lucha", dijo Chen antes de partir hacia EEUU en el aeropuerto internacional de Taoyuan, cercano a Taipei.

Respecto al futuro de los lazos entre China y Taiwán, Chen señaló que deben ser decididos por la gente, no por los dirigentes políticos, y que deben basarse en el respeto a los derechos humanos, sin pronunciarse directamente sobre el delicado tema de la independencia de la isla.

El disidente reiteró su deseo de volver a China y declaró estar dispuesto a visitar otros países para promocionar la causa del respeto a los derechos humanos.

Chen, quien pronunció un discurso ante el Parlamento isleño y dos conferencias en universidades taiwanesas, defendió la universalidad de la democracia y los derechos humanos, y calificó la experiencia democrática taiwanesa como prueba de que los chinos pueden vivir bajo ese sistema político.

El activista, abogado ciego y autodidacta de 41 años, pidió a la sociedad internacional y a Taiwán mayor apoyo para el movimiento en favor de la democracia y derechos humanos en China, e hizo pública una lista de dirigentes chinos que supuestamente han violado los derechos humanos.

Chen llegó a Taiwán el 24 de junio invitado por la Asociación Taiwanesa por los Derechos Humanos en China.

El activista chino se fugó de su arresto domiciliario y, en abril de 2012, se refugió en la Embajada de Estados Unidos en Pekín, desde donde logró el permiso para trasladarse a Nueva York.

Había sido condenado a cuatro años y tres meses de prisión en 2006 por su defensa de los derechos humanos y su oposición a la política china de abortos forzados.

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