Avalancha de llamadas

Furor por la 'divorcioneta': "Las parejas llaman por miedo a otra cuarentena"

Abogados Cebrián vuelve a poner en marcha su peculiar forma de anunciar un divorcio exprés y pronostican que este año habrá "más parejas rotas que casadas" tras los meses de pandemia y cierre. 

Regresa la divorcioneta
Regresa la divorcioneta a las calles
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Paloma Cuevas y Enrique Ponce no forman la única pareja que se divorcia después del coronavirus. Otra de las consecuencias que dejará la Covid-19 se notará en los bufetes de abogados en forma de divorcio. Solo de pensar en vivir otro estado de alarma encerrados en casa junto a la pareja es el origen de muchas de las llamadas que están recibiendo en los despachos de 'Abogados Cebrián', bufete que ha vuelto a arrancar su 'divorcioneta' ofertando sus servicios a precios muy competitivos. Si cada año el 60% de las parejas suelen acabar rotas, según datos del INE, este 2020 pronostican incluso que "haya más divorcios que bodas" si además tenemos en cuenta que muchos de los enlaces previstos para estos meses se están aplazando al próximo año. 

Su peculiar campaña publicitaria llama la atención desde que la pusieron en marcha con rótulos en un 600 "que no sabíamos si vender o llevarlo al desguace, pero que al final fue nuestro trampolín" al anunciar divorcios a 150 euros "por cónyuge" y siempre que sea "de mutuo acuerdo", aseguran desde el despacho.  De tener solo 'la pelotilla' hace ahora un año, aumentaron la flota hasta tener seis vehículos. Alguno de los chóferes se han encontrado con algún ciudadano que le ha mostrado sus prejuicios a dar tanta publicidad a los divorcios "y además tan económicos", pero son los menos porque los teléfonos no dejan de sonar "sobre todo, desde que acabó el confinamiento". 

Aunque es difícil pronosticar el porcentaje en el que aumentarán estas peticiones, Abogados Cebrián estima que subirán hasta un 25%, y "la bodas descenderán otro 25%, por lo que podemos decir que habrá déficit matrimonial, algo que nunca había sucedido". Según los datos oficiales, las demandas de disolución matrimonial (separación o de divorcio de mutuo acuerdo o no consensuadas) presentadas durante 2019 alcanzaron las 109.567, un 1,9% menos que en 2018. Esta tendencia a la baja se viene repitiendo desde 2015 según  el Servicio de Estadística del Consejo General del Poder Judicial. Este gráfico en 2020 cambiará. 

Durante los dos primeros meses confinados las llamadas a este despacho especializado en los divorcios no eran para preguntar sobre las gestiones para llevar adelante un divorcio exprés, sino que estaban más enfocadas a "problemáticas con el régimen de visitas a los hijos". Pero desde hace poco menos de un mes la avalancha se está empezando a notar, efecto seguro del "confinamiento", asegura Alberto García Cebrián, que también resalta que en esta ocasión lo de 'exprés' se puede quedar solo en una etiqueta porque los interesados están encontrando impedimentos a la hora de conseguir la documentación necesaria bien porque los registros civiles están saturados, bien porque los ayuntamientos no atienden como antes todas las llamadas. "Antes del coronavirus los divorcios exprés podían tardar de tres a cinco meses y ahora de cinco a...". 

Lamentan desde este despacho de abogados la falta de asesoramiento prematrimonial que "padece España y cuando alguien va a casarse no sabe los derechos y obligaciones que contrae". Y lamentan aún más que este confinamiento ha hecho saltar por los aires muchas parejas que "quizá ya no estaban bien avenidas, pero al no verse constantemente iban sobreviviendo en esa monotonía. Ahora al estar todo el tiempo juntos se va deteriorando hasta que explota". Desde hace once años escuchan los problemas entre las parejas que quieren separarse y cada vez son más "las parejas jóvenes que acaban de contraer matrimonio las que se acercan a preguntar por nuestros servicios, incluso antes del coronavirus". 

Esta empresa, formada por cuatro abogados -dos de ellos divorciados-, nació desde que García Cebrián acabó la carrera. Confiesa que siempre había soñado con ser abogado y ayudar en mediaciones pero cuando empezó a escuchar a sus primeros clientes "sin dinero y cuando vi las tasas orientativas que me pasaban para cobrar decidí rebajar mucho el precio". 

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