Dos mujeres ratifican sus denuncias por presuntos casos de bebés robados

  • Inés Cereceda y María José Callejo han ratificado hoy en sendos juzgados de Madrid sus denuncias por la presunta desaparición de un niño nacido en 1964 en la Maternidad Provincial de O'Donnell y de dos niñas en 1972 y 1977 en el Hospital Clínico San Carlos.

Madrid, 5 jun.- Inés Cereceda y María José Callejo han ratificado hoy en sendos juzgados de Madrid sus denuncias por la presunta desaparición de un niño nacido en 1964 en la Maternidad Provincial de O'Donnell y de dos niñas en 1972 y 1977 en el Hospital Clínico San Carlos.

Inés Cereceda ha expresado su deseo de encontrar a su hijo para decirle que nunca pensó en darlo en adopción y María José Callejo ha confesado que alberga la esperanza de conocer a sus dos hermanas.

El abogado de las denunciantes, Orlando Gutiérrez, ha indicado que, en ambos casos, hay poca documentación, por lo que ha destacado la importancia de que los jueces ordenen las diligencias correspondientes para esclarecer lo ocurrido.

Inés Cereceda ha ratificado en el Juzgado de Instrucción número 8 de Madrid su denuncia por el presunto robo de su hijo nacido el 16 de abril de 1964 en la Maternidad Provincial de O'Donnell.

Cereceda ingresó en el centro sanitario, en Semana Santa, el 15 de abril de 1964 y, al día siguiente, dio a luz a su segundo hijo, al que le dio de mamar cada tres horas hasta que el 18 de abril, cuando le iban a dar el alta, le comunicaron a su familia que el bebé había muerto.

Ha recordado que el día 18 de abril, por la tarde, después de darle de mamar al niño, "de buenas a primeras" una enfermera, acompañada de una auxiliar, le vendó el pecho para "cortarle la leche" y después le pusieron una inyección que la dejó en estado de semiinconsciencia.

Mientras tanto, a su marido y otros familiares les dijeron que el bebé había fallecido a causa de una cardiopatía congénita y que la maternidad se hacía cargo de todo, pero nadie vio el cadáver del niño.

Esta madre ha asegurado que siempre ha sospechado que le quitaron a su hijo, un bebé que pesó cinco kilogramos, fuerte, moreno y con los ojos azules, pero ha señalado que en aquellos tiempos no se atrevió a denunciar por temor a que la ingresaran en el psiquiátrico de Leganés (Madrid).

Por su parte, María José Callejo ha ratificado en el Juzgado de Instrucción número 44 de Madrid su denuncia por la presunta desaparición de sus dos hermanas nacidas en 1972 y 1977 en el Hospital Clínico San Carlos.

Las dudas de la familia aumentaron al descubrir que no hay historia clínica de ninguna de las dos niñas en el centro hospitalario, según la denunciante.

Callejo ha precisado que su madre, María Luisa Alonso, dio a luz a su primera hija el 7 de julio de 1972 en el Hospital Clínico San Carlos, la durmieron durante el parto, y cuando se despertó de la anestesia le dijeron que no podía ver a la niña porque había sufrido mucho en el alumbramiento.

El marido, Simón Callejo, sí pudo ver a la recién nacida en los nidos, donde estaba "dormida" y se la veía "perfectamente", aunque, unas horas después les dijeron que la pequeña había muerto por un problema cardiaco, que no se preocuparan por nada y que el hospital se encargaría de todo.

"Mi padre quiso verla. Le llevaron a una sala y le sacaron un bebé congelado. Sólo se le veía la carita. Tenía escarcha en las pestañas. No sabía si era la misma niña que había visto antes", ha relatado.

Cinco años después, el 29 de noviembre de 1977, María Luisa Alonso acudió al mismo centro hospitalario cuando le tocaba dar a luz a otra hija, después de notar "algo raro".

"Nada más verla, le echaron la bronca por haber tardado tanto en ir al hospital porque la niña estaba muerta", a pesar de que desde donde ellos vivían solo tardaron diez o quince minutos en desplazarse hasta allí, ha apuntado Callejo.

María Luisa Alonso fue introducida en una sala, la anestesiaron durante el parto y, cuando recobró la consciencia, le informaron de que la niña había nacido muerta.

En el segundo caso, localizó un certificado de defunción del 29 de noviembre de 1977 de un feto femenino de nueve meses por prolapso de cordón.

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