No llegan al 1% de total de clases

Celaá descarta un 'cerrojazo' como el de marzo, pese a casi 3.000 aulas aisladas

Las cifras del Ministerio de Educación muestran un porcentaje de incidencias bajo respecto al total de aulas, pero un crecimiento exponencial de las incidencias.

La ministra de Educación, Isabel Celaá, y Salvador Illa, ministro de Sanidad
Celaá descarta un 'cerrojazo' como el de marzo, pese a las 2.852 aulas confinadas
EFE

Siempre estuvo previsto. Los contagios llegaron a los centros con los primeros escolares. A fecha de este jueves, permanecen confinadas 2.852 aulas en todo el país por los positivos de docentes y alumnos. La ministra de Educación, Isabel Celaá, ha vuelto a descartar "un confinamiento total como el de marzo". Y es que una mirada global muestra que el conjunto de clases afectadas no llega al 1% del total nacional. Pese a todo, la amenaza del virus es constante y el curso presencial sigue en la cuerda floja: el número de brotes en los centros crece exponencialmente cada semana y hay que tener en cuenta que los efectos del coronavirus llegan siempre con retraso.

Lo que ocurre en las aulas no deja de reflejar lo que sucede en el país: el virus sigue avanzando y la situación cambia en cuestión de días. La semana pasada, la Confederación de Sindicatos de Trabajadoras y Trabajadores de la Enseñanza (STEs) informó de un total de 116 colegios y 563 aulas que aún permanecían clausuradas, tras haberse detectado contagios intramuros. Aún faltaban por incorporarse la gran mayoría de alumnos de FP y Secundaría -los gallegos, por ejemplo, regresaron ayer-, y los universitarios que, aunque estos exceden el marco de actuación del Ministerio, también cuentan en los balances del 'curso Covid-19'. En definitiva, el crecimiento de las incidencias ha sido exponencial en las últimas semanas.

Retroceder aún más es consolidar la tendencia. Hace dos semanas, la propia Celaá informó de que se habían detectado "incidencias" por el coronavirus en 53 centros educativos de España. Fue el 10 de septiembre.  Esas cerca de 3.000 aulas confinadas hasta este jueves apenas suponen el 0,73% del total de los 380.000 grupos que hay en España. Pero se debe tener en cuenta que los efectos del virus no son inmediatos. El periodo de incubación de la enfermedad -cercano a los 14 días- y la entrada escalonada de los estudiantes permite anticipar que la tendencia de los focos en los centros educativos seguirá en aumento.

El rigor de las familias a la hora de cumplir los aislamientos de los menores juega un papel crucial que, en algunos casos, choca con el vacío de un respaldo legal que permita a los progenitores ausentarse de sus empleos. La ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, se ha mostrado partidaria de extender las bajas a aquellos padres cuyos hijos deban guardar cuarentenas, un asunto para el que aún no hay nada en claro y que se sigue discutiendo en el Gobierno y la mesa de diálogo social.

Pese a los agujeros que quedan por tapar, Celaá ha defendido este jueves que la situación a pie de pizarra no es "en absoluto caótica", como aseguran los sindicatos de trabajadores de la enseñanza que, en algunos territorios han  hecho sonar tambores de huelga, como los paros convocados por el Sindicato de Estudiantes la semana pasada o las organizadas por diversos sindicatos en Andalucía, Madrid (finalmente no fructificó) o Galicia. La ministra se ha mostrado tajante y ha avanzado que "de ninguna manera" la cartera está contemplando un confinamiento total como el de primavera.

Celaá, junto al ministro de Sanidad, Salvador Illa, han dado cuenta este mediodía del último parte de novedades en materia de Educación. En la misma jornada, ambos han presidido desde Moncloa y de forma telemática, una mesa Sectorial de Educación más una Interterritorial de Sanida. El curso Covid está poniendo a prueba los mecanismos de cooperación entre ambos departamentos. No es la primera vez que se da un encuentro parecido. El pasado 27 de agosto, ambas carteras se vieron las caras para concretar las medidas a tomar en el arranque del curso. En la cita estuvieron presentes las autoridades regionales. La forma fue respaldada, no así el tiempo.

Aunque Educación planteó una guía de mínimos a principios de verano, la libertad que se concedió a unas CCAA que mantienen las competencias educativas, fue empleada según la batuta de cada autonomía. En consecuencia, muchas pasaron la pelota de la gestión a los directores de los centros. Estos planificaron sin una hoja de ruta clara y, en muchos casos, hasta ese 27 de agosto no supieron exactamente qué criterios seguir. Los docentes de todo el país, en teoría, desembarcan en los centros el mismo 1 de septiembre. El margen fue estrecho y, cuestiones como cuántos profesores de refuerzo se enviarían a cada centro o hasta qué punto se podía optar por un régimen de semipresencialidad, quedaron en el aire hasta el final.

Casi un mes después de esa recta final, las palabras de Celaá han llamado a la calma. "En absoluto coincidimos con que la situación sea caótica, todo lo contrario, las 17 CCAA han tipificado como muy satisfactoria, dentro de la excepcionalidad de la pandemia, pero estamos hablando de un confinamiento del 0,73% del total de aulas, afectadas que no infectadas", ha precisado Celaá este jueves en rueda de prensa, tras reunirse con las autoridades regionales para analizar estas primeras semanas de curso.

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