El macro-operativo, que terminó el pasado jueves, es el más exitoso hecho hasta ahora por agentes del servicio de inmigración y aduanas (ICE, en inglés), según explicaron en un comunicado.
La redada se desarrolló en los condados de Orange, Riverside, San Bernardino, Santa Bárbara y San Luis Obispo, al sur, este y noroeste de Los Ángeles.
Del total de detenidos, 191 son ciudadanos mexicanos. El resto son peruanos, franceses, tailandeses, ghaneses y de 16 nacionalidades más.
Cuatro de los arrestados estaban siendo procesados por la justicia por haber entrado de nuevo al país de forma ilegal tras haber sido expulsados en el pasado.
Entre ellos está el mexicano Vincente Onofre-Ramírez, que fue condenado hace 13 años en Nueva York por agresión sexual.
El 56% de los detenidos había sido condenado anteriormente por delitos graves como abuso de menores, narcotráfico y posesión de armas.
Las leyes federales establecen que las personas arrestadas durante las redadas con órdenes de deportación o que ya han sido deportadas pueden ser expulsadas inmediatamente del país.
spc/ep
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