El auxiliar donostiarra, un joven "muy abierto" al que le apasionaba viajar

  • Raúl Montero Rodríguez, el auxiliar de vuelo donostiarra del avión de Swiftair que se estrelló ayer en Mali, era un joven "muy abierto" al que "le apasionaba viajar" y que abandonó su trabajo en un hotel donostiarra para estudiar en una academia de Madrid con el fin de cumplir su anhelo.

San Sebastián, 25 jul.- Raúl Montero Rodríguez, el auxiliar de vuelo donostiarra del avión de Swiftair que se estrelló ayer en Mali, era un joven "muy abierto" al que "le apasionaba viajar" y que abandonó su trabajo en un hotel donostiarra para estudiar en una academia de Madrid con el fin de cumplir su anhelo.

Pilar Legorburu, propietaria del Hotel Zaragoza Plaza de San Sebastián, en el que trabajó Raúl Montero, explica a EFE que el auxiliar de vuelo era muy apreciado en su establecimiento, en el que trabajó como recepcionista durante "dos o tres años", por sus especiales dotes para tratar al público, su sentido del humor y su "buena presencia".

Donostiarra de 28 años, sus padres regentan una cafetería-panadería de la cadena "Lekuona" ubicada al lado de la catedral del Buen Pastor de San Sebastián, donde ayer recibieron la noticia del accidente aéreo.

El establecimiento permanece hoy cerrado, con un cartel que explica a sus parroquianos que no abrirá sus puertas "por asuntos familiares graves".

Raúl Montero estudió en el colegio Mundaiz de San Sebastián y después se graduó en Turismo en la Universidad de Deusto, en el campus que tiene en la capital donostiarra.

Al poco de finalizar sus estudios comenzó a trabajar, primero en el Hotel Récord de San Sebastián, en 2007, y después en el Hotel Zaragoza Plaza, donde entró como recepcionista y su valía recomendó a sus responsables proponerle un contrato indefinido al poco tiempo.

"Era muy agradable, con muy buen humor siempre, un chico joven al que le apasionaba viajar", resalta Pilar Legorburu, quien recuerda que cada vez que disfrutaba de vacaciones "se iba con sus padres, solo o con su novia y viajaba y viajaba y viajaba".

Precisamente ese afán por conocer el mundo le llevó a dar el paso de abandonar su trabajo fijo en este hotel donostiarra ubicado a escasos metros de la playa de La Concha para desplazarse a Madrid para hacer el curso de auxiliar de vuelo en la academia Air-Hostess.

Una vez obtenida la titulación comenzó a trabajar para Swiftair el pasado año.

"Él estaba a gusto con nosotros y nosotros también con él", evoca la propietaria del hotel, quien resalta que cada vez que Raúl volvía a San Sebastián pasaba por allí para saludar a sus antiguos compañeros.

"Ha sido un palo, para cualquier persona, pero un palo por la clase de persona que era", lamenta.

La compañía Swiftair ha confirmado hoy el hallazgo de los restos de la aeronave en Mali sin supervivientes y ha asegurado que, por el momento, es demasiado pronto para hablar sobre las causas del accidente.

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