El Banco Vaticano bajo exhaustivas reformas

    • Los cambios en el Banco Vaticano se han intensificado desde principios de 2014 cuando se planteó la posibilidad de cerrar el Organismo.
    • A partir de la reforma de hoy se da inicio a una segunda fase en la que se pretende la integración del Instituto en el "nuevo contexto económico-administrativo" del Vaticano.
El Banco vaticano pudo usarse para blanquear dinero, según la investigación
El Banco vaticano pudo usarse para blanquear dinero, según la investigación

El Banco Vaticano se encuentra ahora en un proceso de "exhaustivas reformas" tal y como anuncia el propio organismo. Estos cambios se han intensificado desde principios de 2014 cuando se planteó la posibilidad de cerrar el banco vaticano.

La medidas que se han llevado a cabo en este proceso han sido en la linea de la lucha contra el blanqueo de capitales, la mejora de sus estructuras internas y una mayor trasparencia. Para ello se sirven de la Autoridad de Información Financiera (AIF) organismo que colabora en el saneamiento de las cuentas.

El Instituro para las Obras de Religión nombre oficial del Banco Vaticano guarda en su caja fuerte el patrimonio de las personas y los organismos vinculadas a la Santa Sede. Entre sus clientes no se encuentran hombres de negocios convencionales, sino trabajadores y misioneros de hospitales y escuelas que pertenecen a obras benéficas de la Iglesia.



La Santa Sede cierra su balance con grandes pérdidas

A pesar de los reajustes, los balances presentados el día 8 de julio por la Santa Sede cierran con pérdidas de 24 millones y medio de euros según publica la agencia de noticias Rome Reports. Sin embargo, el Estado Ciudad de Vaticano, en el que se incluyen los Museos Vaticanos y la administración del territorio vaticano, el balance muestra unos beneficios de 33 millones de euros.

En las últimas medidas adoptadas el banco ha decidido bloquear las cuentas de 2.000 clientes y cancelar unas 3.000 cuentas. A partir de estos momentos se da inicio a una segunda fase en la que se pretende la integración del Instituto en el "nuevo contexto económico-administrativo" del Vaticano. Éste será confiado a un nuevo Consejo, encabezado por el francés Jean-Baptiste de Franssu y a un nuevo personal ejecutivo con una estructura renovada.

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