El beato Brochero, nueva contribución latinoamericana al santoral católico

  • El sacerdote argentino José Gabriel del Rosario Brochero (1840-1914) se sumará este sábado a la larga lista de beatos y santos que América Latina ha aportado a los altares de la Iglesia Católica, hoy en día encabezada por un compatriota suyo.

Alejandro Rincón Moreno

Bogotá, 13 sep.- El sacerdote argentino José Gabriel del Rosario Brochero (1840-1914) se sumará este sábado a la larga lista de beatos y santos que América Latina ha aportado a los altares de la Iglesia Católica, hoy en día encabezada por un compatriota suyo.

El "cura gaucho", como se le conoce en Argentina, será beatificado mañana en una ceremonia en el Cerro de la Cruz, en los alrededores de la localidad donde murió y que hoy lleva su nombre, antes llamada Villa del Tránsito.

Además de miles de peregrinos, allí estarán el cardenal Ángelo Amato, prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, y Nicolás Flores, el beneficiario del milagro que se le atribuye a Brochero y que hoy tiene 13 años.

Los padres del niño pidieron en sus oraciones la intercesión de Brochero para que le sacara del estado vegetativo en que quedó a causa de un accidente automovilístico y, según acreditó el Vaticano, el "cura gaucho" les respondió.

Nicolás es hoy "un niño normal" que va a la escuela y juega como los demás, aunque sufre una hemiplejía, según contó hoy su madre, Sandra Violino, a Efe.

Argentina ha dado a la Iglesia un santo, Héctor Valdivieso Sáez, ejecutado en España durante la Revolución de Asturias (1934), y cinco beatos, José Gabriel Brochero, Laura Vicuña, María del Transito Cabanillas, Artimides Zatti y Ceferino Namuncurá, y además desde hace seis meses un argentino es el Sumo Pontífice católico.

Francisco, el primer papa latinoamericano, cuyo pontificado comenzó el pasado 13 de marzo, envió una carta pastoral con el cardenal Amato para que sea leída mañana en la beatificación.

En vida, Brochero se destacó por su entrega para socorrer a los enfermos y moribundos y se lo recuerda como el "cura que asumió como propias las necesidades de la gente" durante la epidemia de cólera que azotó a la ciudad de Córdoba (centro de Argentina) en 1867, de acuerdo con la Agencia Informativa Católica de ese país.

Latinoamérica, el "continente de la esperanza" en palabras de Juan Pablo II, es la región con un mayor número de católicos del mundo y cuenta con un numeroso grupo de santos, beatos y siervos de Dios.

Según los registros de la Ciudad del Vaticano, México es el país latinoamericano que más santos ha brindado al catolicismo, entre los cuales se destaca Juan Diego Cuauhtlatoatzin, el primer indígena canonizado en la historia de la Iglesia, quien fue testigo de las apariciones de la Virgen de Guadalupe en el siglo XVI.

Durante el pontificado de Juan Pablo II, cuya canonización al igual que la de Juan XXIII ha sido ya aprobada por Francisco, la lista de santos mexicanos creció de manera importante fundamentalmente a causa de los muchos mártires que dejaron las revoluciones.

Sólo en 2000 fueron canonizados Cristóbal Magallanes, Román Adame González, Rodrigo Aguilar Alemán, Julio Álvarez Mendoza, Luis Batis Sainz, Agustín Caloca Cortés, Mateo Correa Magallanes, Atilano Cruz Alvarado, Miguel de la Mora de la Mora y Margarito Flores García.

Perú, por su parte, cuenta con dos de los santos más antiguos del continente: Santa Rosa de Lima, canonizada en 1671 y patrona de Hispanoamérica y Filipinas, y San Martín de Porres, llevado a los altares en 1962, más de tres siglos después de su muerte.

La ecuatoriana Mariana de Jesús Paredes y Flores, conocida como "la Azucena de Quito", fue canonizada en 1950 pese a que vivió en la primera mitad del siglo XVII.

Los primeros santos del pontificado de Francisco son mujeres y latinoamericanas: la colombiana Laura Montoya Upegui y la mexicana Anastasia Guadalupe García, conocida como la madre Lupita.

Junto a ellas fueron proclamados santos el 12 de mayo de este año 800 mártires italianos asesinados en el siglo XV por los otomanos.

Antes que Laura y Lupita fueron canonizados la ecuatoriana Narcisa de Jesús Martillo (2008), el chileno Alberto Hurtado Cruchaga (2005), el mexicano Rafael Guizar Valencia (2006) y el brasileño Antonio de Santa Ana (2007).

Años antes fueron elevados a los altares San Miguel Febres Cordero (1984), de Ecuador; San Roque González de Santa Cruz (1988), de Paraguay; Santa Teresa de Jesús de los Andes (1993), de Chile; y San Héctor Valdivieso Sáez (1999), de Argentina.

Según la más reciente versión del Martirologio Romano, de 2001, la Iglesia tenía entonces 6.538 santos y beatos.

Mostrar comentarios