El calentamiento global es más acusado de noche y ello altera la flora boreal

  • Las temperaturas mínimas nocturnas en la Tierra han aumentado 1,4 veces más rápido que las temperaturas máximas diurnas y este calentamiento global nocturno limita la captación de CO2 de la flora boreal, una asimetría que altera los flujos de carbono y el crecimiento vegetal en el hemisferio norte.

Barcelona, 11 sep.- Las temperaturas mínimas nocturnas en la Tierra han aumentado 1,4 veces más rápido que las temperaturas máximas diurnas y este calentamiento global nocturno limita la captación de CO2 de la flora boreal, una asimetría que altera los flujos de carbono y el crecimiento vegetal en el hemisferio norte.

Esta es la conclusión de una investigación en la que ha participado el Centre de Recerca Ecològica i Aplicacions Forestals (CREAF) de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y que ha publicado la revista Nature.

Los investigadores han certificado que el aumento de temperatura que está experimentando el planeta se ha repartido de forma desigual a lo largo del último siglo.

Esta conclusión se desprende del análisis de datos recopilados a lo largo de 28 años sobre la cantidad, la calidad y el desarrollo de la vegetación, así como de mapas de intercambio de CO2 y de medidas in situ de este gas en las atmósferas de Alaska y Hawai (Estados Unidos).

Según ha informado el CREAF, en las regiones boreales, frías de alta montaña y húmedas templadas, el aumento generalizado de las temperaturas diurnas (máximas) estimula la fijación de CO2 durante las horas de sol, pero el mayor aumento de las temperaturas de noche (mínimas) estimula aún más la respiración, limitando así la captura de CO2.

En las regiones templadas y áridas se ha comprobado justo el efecto contrario, lo que añade asimetría a este flujo, que está directamente relacionado con el crecimiento vegetal.

El investigador del CREAF y del CSIC Josep Peñuelas, único español en la investigación, ha explicado que "para poder hacer previsiones fiables y sacar conclusiones sobre el funcionamiento de los ecosistemas terrestres y su capacidad de absorción de CO2 debemos incluir fenómenos esenciales como este en nuestros modelos".

Aunque los efectos sobre el aumento de las temperaturas máximas en ambos ecosistemas ya eran conocidos, según Peñuelas, "este estudio pone de relieve que el aumento de las temperaturas nocturnas también se debe tener en cuenta".

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