El cambio climático también amenaza al café

  • El aumento de las temperaturas y de la sequía en Centroamérica obligará a los agricultores a desplazarse a zonas más elevadas, donde hay pocas tierras cultivables.
Las cosechas de café se verán afectadas por el cambio climático | Efe
Las cosechas de café se verán afectadas por el cambio climático | Efe
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Ezra Fieser | GlobalPost
Ezra Fieser | GlobalPost

Los agricultores de café de esta zona de elevados picos volcánicos saben que a finales de septiembre comienza la cosecha. Pero no este año. La época de lluvias –más bien errática- les ha obligado a comenzar la recolección a finales de agosto. Son los agricultores de la cooperativa Santa Anita La Unión, en un pequeño poblado en las tierras altas de Guatemala.

"En lugar de llover de manera constante y con intervalos, ha llovido muchísimo y durante períodos cortos. Las temperaturas son más cálidas, lo que hace que el fruto, el café, madure más rápido", explica Mynor Huerta, un técnico que ofrece asistencia a la cooperativa, mientras el cielo se cubre de nubes a sus espaldas.

Si bien la cosecha temprana de este año puede interpretarse como una anomalía climática, los investigadores creen que es un anuncio del futuro del café en esta región.

Las mismas condiciones [climáticas] que han convertido a Centroamérica en el hogar de algunos de los mejores cafés del mundo, también son susceptibles a los efectos del cambio climático. Las temperaturas, por lo general moderadas, ahora aumentan; la época de lluvias no se produce con regularidad y las pestes y hongos crecen en lugares donde antes no existían.

Pequeños cambios, graves consecuencias

Aunque pueda parecer algo menor, los pequeños incrementos de temperatura y los más mínimos cambios en las precipitaciones pueden tener serias consecuencias en las zonas de cultivo de café.

Los expertos explican que si bien las condiciones climáticas podrían traducirse en una abundancia de café de mejor calidad y más barato durante unos años, a la larga, el precio subiría debido a que esas zonas ya no serían aptas para el cultivo.

Como resultado del cambio climático, los agricultores de Centroamérica tendrían que trasladar sus cosechas a áreas más elevadas, donde hay menos tierra disponible.

"Los agricultores van a tener que tratar de apretujarse en esas tierras", afirma Rafael A. Díaz, economista costarricense que participa una investigación [de cuatro países centroamericanos] para documentar los efectos del cambio climático entre los pequeños agricultores de café.

Los cambios podrían ser devastadores y, a la larga, obligarles a reemplazar sus cultivos de café con otro tipo de cosecha para sobrevivir. El café, la segunda materia prima más negociada del mundo después del petróleo, cuenta con 25 millones de agricultores en todo el planeta, una cifra que crece a 100 millones cuando se incluye a sus familias.

En la Cooperativa Santa Anita, los agricultores dicen que ya han visto un cambio. Las pruebas climáticas les dan la razón. El centro de meteorología más cercano a sus plantaciones ha registrado un aumento de temperatura de 0,5 grados Celsius y un 14 por ciento más de lluvias entre los años 90 y la presente década.

Mayor altitud

En las próximas décadas, Centroamérica es una de las regiones donde probablemente hará más calor y será más seco. A corto plazo, esto podría ayudar a algunos agricultores a producir café de gran calidad en las zonas más elevadas.

"Como científico, me sabe mal decirlo pero las condiciones para cultivar café en una gran parte de las tierras altas–donde se produce el mejor café- mejorarán en los próximos años", afirma Edwin Castellanos, experto de la Universidad del Valle, de Guatemala, y miembro del equipo que realiza la investigación.

Los gobiernos de la región han instado a los productores de café a desplazarse a tierras más altas, donde puedan producir mejor café. "El café de esas alturas ofrecería más rentabilidad y probablemente los productores podrían aprovechar esa situación en el corto plazo para elaborar más cafés de alta calidad", añade.

Sin embargo, a mayor altitud, hay menos tierras disponibles. Los agricultores de Santa Anita, que se sitúan a unos 4.000 pies sobre el nivel del mar, sostienen que la variación de las temperaturas puede ser una seria amenaza para su forma de vida.

"Si tenemos que recoger todo el café en octubre y noviembre, no tendremos suficiente ayuda porque los niños aún están en la escuela", declara Mariola Cifuentes, una agricultora de la cooperativa. "Y si no podemos recoger el café, [el grano] se caerá de la planta y no nos lo podemos permitir".

El impacto de los hongos

Cifuentes, una agricultora de la cooperativa. "Y si no podemos recoger el café, [el grano] se caerá de la planta y no nos lo podemos permitir". Cifuentes indica que el aumento de temperaturas ha provocado la llegada de pestes y un hongo conocido como koleroga. Los agricultores –que producen café con certificación orgánica y de comercio justo- han tenido que recurrir con más frecuencia a funguicidas y pesticidas.

"Afrontar estos cambios y utilizar más funguicidas y pesticidas –que también son orgánicos- ha aumentado los costes para los agricultores", declara Huerta. Los expertos creen que el problema podría empeorar a largo plazo.

Para combatir las variaciones de humedad y temperatura se podría recurrir a árboles que aporten sombra. En algunos casos, se podarían algunos para que liberen la humedad retenida. En otros, se plantarían más ejemplares para evitar que el sol y el calor lleguen a los granos de café, explica Castellanos.

Pero adaptar las granjas al cambio climático sólo servirá durante un tiempo. "Es un problema de extremos. Los agricultores de estas regiones tendrán mayores temperaturas, periodos más largos de sequía, precipitaciones más intensas, que pueden dañar las cosechas, y más tormentas".

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