El Consejo de Seguridad comienza su segunda reunión de hoy sobre la crisis de Libia

  • Naciones Unidas.- El Consejo de Seguridad de la ONU se reunió hoy por segunda vez en el día para abordar con todos los países miembros de la institución la crisis política por la que atraviesa Libia y una posible condena por la violencia con que el régimen de Muamar al Gadafi ha reprimido a manifestantes civiles.

El Consejo de Seguridad comienza su segunda reunión de hoy sobre la crisis de Libia
El Consejo de Seguridad comienza su segunda reunión de hoy sobre la crisis de Libia

Naciones Unidas.- El Consejo de Seguridad de la ONU se reunió hoy por segunda vez en el día para abordar con todos los países miembros de la institución la crisis política por la que atraviesa Libia y una posible condena por la violencia con que el régimen de Muamar al Gadafi ha reprimido a manifestantes civiles.

El subsecretario de la ONU para Asuntos Políticos, Lynn Pascoe, intervino ante el máximo órgano de decisiones de Naciones Unidas, quien explicó la conversación telefónica que el secretario general, Ban Ki-moon, tuvo el lunes con Gadafi y en la que le instó al cese inmediato de la violencia y al respeto de los derechos humanos.

Pascoe, según dijo a Efe un diplomático presente en la reunión, señaló que "es imposible saber el número de víctimas que se han producido en los enfrentamientos" y que la cifra "puede ir de 200 a 800".

Fuentes diplomáticas europeas indicaron que tras las intervenciones en el Consejo, que tiene lugar a puerta cerrada pero se ha abierto a la presencia de los 192 países miembros del organismo, se está analizando ya un texto que ha circulado Gran Bretaña de cara a consensuar una declaración.

"Se busca una firme condena del uso de la violencia" en el país magrebí, en especial tras la intervención de Gadafi de hoy en que aseguró que "no dejará el poder" e hizo un llamamiento a sus partidarios para que salieran a la calle "a proteger la revolución".

La violencia de la represión de Gadafi contra la población civil, que ha incluido el bombardeo y disparos desde helicópteros y aviones militares por parte de las fuerzas aéreas, ha ocasionado al menos 400 muertos, según diversas organizaciones humanitarias, y ha causado la indignación y condena de la comunidad internacional.

Las protestas en contra del dictador libio, reclamando su salida del poder, así como reformas democráticas y mejoras sociales comenzó en Libia el pasado 17 de febrero, al igual que con anterioridad ocurrió en Túnez y Egipto, así como al tiempo que otras en Irán, Yemén, Argelia, Marruecos y Baréin, entre otros países árabes.

El representante permanente de Libia ante la ONU, Abdurrahman Mohamed Shalgham, tomó la palabra ante el máximo órgano de decisiones del organismo, indicó su adjunto, Ibrahim Dabbashi, a la prensa, pese a que por la mañana había dicho que él también intervendría desde una posición de oposición al régimen libio.

Shalgham, según dijeron a Efe fuentes diplomáticas presentes en la reunión, "se mostró cercano a Gadafi" y al igual que hizo en su intervención de la mañana negó que las fuerzas aéreas libias dispararan en contra de los manifestantes civiles en varias ciudades de su país.

Dabbashi fue el diplomático libio que el lunes a la presidencia del Consejo una reunión de urgencia, al tiempo que indicó que Gadafi debe "dejar el poder lo antes posible" y pidió a la comunidad internacional "evitar que se refugie en otro país".

En la primera reunión del Consejo, celebrada a primera hora de la mañana, el jefe de la misión diplomática libia ante Naciones Unidas señaló que estaba "todavía con Gadafi. Es mi amigo".

Asimismo, señaló que esperaba que en las próximas "24 horas haya cambios y se tranquilice la situación", al tiempo que admitió que "todo el régimen es responsable (de la situación de violencia). Yo soy parte del régimen", pero también opinó que Gadafi, que ha dirigido el país con mano de hierro desde 1969, "no es responsable".

Dabbashi, por su parte, se ha mostrado partidario de que el Consejo de Seguridad "decrete una zona de exclusión aérea" en Libia para evitar que se produzcan nuevos bombardeos de la población civil, y consideró necesario que se abran corredores humanitarios para asistir a las víctimas.

"Están disparando a cualquiera que sale a la calle", dijo el embajador adjunto de Libia, al tiempo que aseguró que "el centro de Trípoli está controlado por mercenarios" y que la revolución "no parará hasta que el pueblo prevalezca".

En Trípoli, mientras tanto, el ministro de Interior libio y general del Ejército, Abdul Fatah Yunis, anunció su dimisión e instó a las fuerzas armadas a unirse al pueblo y responder a sus legítimas demandas, según la cadena de televisión qatarí Al Yazira.

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