Una comunidad de 60.000 fieles

El coronavirus golpea a los evangélicos de Madrid: 732 templos, sin hoja de ruta

Hospital Universitario Torrejón de Ardoz
Hospital Universitario Torrejón de Ardoz
Europa Press

Nadie sabe nada sobre los evangélicos ingresados por coronavirus en el Hospital Universitario de Torrejón de Ardoz. Poco después de que Sanidad relacionase a varios de los pacientes afectados por el brote con esta congregación religiosa, también en sus sedes de Leganés, los responsables de las iglesias aseguraban que no había 'hoja de ruta' y que, por el momento, "tampoco iniciaremos cambios en nuestras actividades". Ninguno de los párrocos de Torrejón consultados por La Información reconocía entre sus feligreses a los ingresados -"No sabemos quiénes son estas personas porque nadie nos ha informado de nada"-. Los padres de Leganés echaban balones fuera: "¿Los pacientes no eran de Torrejón?". Y, mientras la incertidumbre hacía mella en los evangélicos, la cartera de Salvador Illa se escudaba en la Consejería y esta eludía los detalles.

La radiografía de casos que efectuó la mañana del lunes Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, contenía un detalle que acaparó toda la atención: varios de los positivos registrados en Torrejón estaban relacionados con la misma agrupación religiosa. El responsable de la gestión de este brote traía a colación el caso de Corea del Sur, país que ya identificó el estallido de la epidemia dentro de sus fronteras con un colectivo eclesiástico. "En Torrejón hay un grupo religioso donde se han identificado varios casos y estamos investigando si podrían, o no, tener relación con algunos de los episodios aislados registrados en otras CCAA", apuntaba Simón.

Poco después, la evolución de los acontecimientos en la Comunidad de Madrid, que el lunes acariciaba la treintena de positivos, volvía a poner el puntero sobre los centros de culto. Tres fieles de una iglesia evangélica de Leganés eran ingresados en un hospital por coronavirus y su pastor, con otros feligreses, quedaban bajo aislamiento en sus casas. Así, Torrejón se convertía en una de las pocas regiones donde Sanidad baraja estrechar la vigilancia y endurecer las medidas -la otra es el País Vasco con 10 casos confirmados al cierre del lunes-, y la comunidad evangélica quedaba señalada ante el estupor de sus pastores.

"El temor ha crecido entre nuestros fieles y los párrocos no podemos despejar sus dudas porque nadie nos ha informado de nada", afirmaba el padre Cipriano que dirige la iglesia Shalom de Torrejón. Su comunidad cuenta con más de un centenar de feligreses que se juntan para realizar actividades a lo largo de la semana y se congregan para el popular culto de cada domingo: "Si las autoridades no dictan lo contrario, vamos a mantener esta cita". "He recibido llamadas de mi familia desde Rumanía y no he podido decirles más que lo que cuento ahora", lamentaba el pastor.

Una comunidad de 60.000 fieles

La Iglesia Evangélica ha ido ganando terreno en los últimos años en el 'mercado' de la liturgia en Madrid. En enero de este año, la comunidad contaba con más de 700 templos íntimamente ligados los unos con los otros, relación que, con el goteo de positivos registrados, aumenta el riesgo de contagio entre los más de 60.000 fieles de la congregación. La Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (FEREDE) no tardó en mostrar su malestar respecto a las declaraciones de Simón: "Nos ha dejado en un estado de indefensión y señalamiento", aseguró la institución. El colectivo de los evangélicos españoles achacó las palabras de Sanidad a "la presión mediática" por ofrecer novedades sobre la propagación del coronavirus en el país. 

Mapa iglesias evangelistas Torrejón
Mapa de las iglesias evangelistas deTorrejón de Ardoz / Google Maps

"Hasta hace poco los protocolos eran contradictorios"

Algunos centros de culto de Torrejón han explicado a este diario que el pasado domingo habían celebrado una reunión entre varios párrocos donde no se les ofreció dato alguno sobre los polémicos contagios... ni mucho menos instrucciones sobre cómo proceder. Desde la Iglesia Pentecostal del municipio madrileño afirmaban que "no hemos barajado tomar medidas porque no hemos recibido ninguna notificación desde las autoridades sanitarias". Y la incertidumbre no se limita a los centros de culto, también ha formado parte del día a día de la plantilla del centro de Torrejón.

"Los primeros días no sabíamos qué hacer... muchas veces los protocolos que recibíamos eran contradictorios", confesaba un celador del centro hospitalario del municipio a La Información. El profesional asegura que no fue hasta hace unos días cuando empezaron a contar con unas instrucciones claras que, desde entonces, "se van actualizando conforme las va difundiendo Sanidad". Este lunes, por los pasillos del hospital se escucha una queja recurrente: "No tenemos enfermeras". Así lo comentaba una profesional del centro que comentaba que ella misma lanzó la petición desde el primer momento: "Me he dirigido a la Dirección General de Salud Pública en varias ocasiones... aún no ha habido respuesta". 

Respecto a la falta de medios, el sindicato de enfermería Satse realiza su propio análisis. "Lo que se está haciendo es prorrogar los contratos de los profesionales del plan de invierno", explican a este diario, "El problema es que esperan hasta el último momento, lo que dificulta la planificación". Los sanitarios de Torrejón, epicentro del virus en la Comunidad de Madrid, han vuelto a vivir la incertidumbre que sufrieron los primeros días del ébola: "Que los ciudadanos no sepan cómo tienen que actuar es preocupante, pero que no lo sepa la persona que los tiene que antender... es verdaderamente grave", zanjan desde Satse. 

Mientras que las iglesias evangélicas mantienen su programación, el hospital de Torrejón sigue a la espera de refuerzos. Tras sus muros se multiplica la preocupación (y las mascarillas) y, aunque los más mayores siguen siendo la población de riesgo, en los pasillos del centro son muchos los abuelos que alertan a sus nietos: "¡No toquéis los pomos de las puertas!". A falta de protocolos, queda la prevención.

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