El embajador japonés en españa anima a invertir en su país


El embajador de Japón en España, Fumiaki Takahashi, animó hoy en el Fórum Europa a las empresas españolas a invertir en su país, para ayudar al resurgimiento de la sociedad nipona tras el desastre natural del pasado 11-M, cuando un terremoto y el posterior tsunami arrasaron parte del país y provocaron miles de muertos.
Takahashi, que participó en el citado acto informativo, organizado en Madrid por Nueva Economía Fórum, indicó que el mercado japonés "valora más la calidad que los precios”, por lo que las materias de calidad tienen una “buena entrada” en él.
A este respecto, señaló que la inversión española en Japón es una décima parte de lo que lo invierten las empresas niponas en España.
AYUDAS
El embajador señaló que tras el desastre natural del 11-M su país ha recibido la ayuda de 159 países y 43 organizaciones internacionales, lo que, junto a lo recaudado dentro del país, suma un total de 580 millones de euros.
Asimismo, comentó que se estima que las “réplicas fuertes” del terremoto continúen durante un año tras la catástrofe del 11-M, que acabó con la vida de unas 15.000 personas y provocó más de 8.000 desaparecidos.
Sin embargo, señaló que ahora la sociedad nipona no trabaja sólo por la reconstrucción y por volver al estado anterior, sino por "la creación de una nueva sociedad”.
En este sentido, dijo que se trabaja para crear una sociedad capaz de resistir grandes catástrofes naturales, de vivir en armonía con el medio ambiente y que sea amable y respetuosa con las personas y los más débiles.
Para ello, se están adoptando medidas encaminadas a recuperar la normalidad “lo antes posible” y conseguir en los próximos tres años, compaginando las tareas de reconstrucción, construir adecuadas estructuras de suministro energético frente a catástrofes. En este campo de futuro, recalcó que se trabaja por el renacer de los productos de marca japonesa.
PÉRDIDAS ECONÓMICAS
Takahashi recordó que el terremoto y posterior tsunami han afectado “enormemente” a la economía japonés y se estima que los daños provocados rondan los 200.000 millones de euros.
A estas pérdidas hay que sumar la caída de la actividad económica de las zonas afectadas y el efecto cadena en las colindantes y en la industria, como la automovilística, que padecen un descenso de la producción por la bajada energética. No obstante, el embajador dijo que el Gobierno nipón confía en un crecimiento del 2,3% para 2012.
Insistió en que el país es “seguro” y se puede hacer “turismo con total normalidad”, salvo en un radio de seguridad de 30 kilómetros en torno a la central nuclear de Fukushima.
Presente en el acto, el abogado Antonio Garrigues destacó "la finura, elegancia, sacrificio y respeto por la propia naturaleza” que mantuvo la sociedad nipona tras la catástrofe, por la que reconoció “admiración, por su forma de comportarse”.
Asimismo, preguntó por las relaciones entre Japón y China, que el embajador calificó como “de amistad y cooperación” y de buena vecindad.

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