El fiscal dice que autobús accidentado en Suiza iba a la velocidad permitida

  • El fiscal del cantón de Valais, Olivier Elsig, afirmó hoy que el autobús belga accidentado en Suiza circulaba a la velocidad permitida cuando se empotró contra la pared de un túnel de la autopista A9, en la localidad de Sierre, lo que causó la muerte de 28 personas, entre ellas 22 niños.

Sion (Suiza), 14 mar.- El fiscal del cantón de Valais, Olivier Elsig, afirmó hoy que el autobús belga accidentado en Suiza circulaba a la velocidad permitida cuando se empotró contra la pared de un túnel de la autopista A9, en la localidad de Sierre, lo que causó la muerte de 28 personas, entre ellas 22 niños.

"Tras el análisis de los tacógrafos, podemos decir a priori que el vehículo no circulaba demasiado rápido", dijo Elsig en una conferencia de prensa junto al primer ministro de Bélgica, Elio di Rupo, y la presidenta de Suiza, Eveline Widmer-Schlumpf.

El fiscal ofreció los primeros detalles de la investigación y dijo que las imágenes de las cámaras del túnel hacen descartar que en el siniestro interviniera "otro vehículo o elemento de la ruta".

"El suelo estaba seco y no había un problema climático", agregó Elsig, que indicó que en las próximas horas se conocerán los resultados de los exámenes sobre la trayectoria del autobús previa al impacto y de la autopsia del cadáver del conductor, que se lleva a cabo en el Instituto de Medicina Legal de la ciudad de Lausana.

"Hemos procedido igualmente a hablar con las personas que pudieran prestar testimonio sobre lo ocurrido, gente que se cruzó antes del accidente con el autobús", indicó el fiscal de Valais, que espera conocer también las versiones de los supervivientes si su estado físico y psicológico permite recoger sus declaraciones.

Elsig aclaró que los pasajeros viajaban con los cinturones de seguridad puestos, pero que el impacto fue tan violento que no pudo evitar la muerte de más de la mitad de los 52 viajeros del autobús.

En torno al desarrollo de las pesquisas, pidió "prudencia" para no sacar conclusiones precipitadas y manifestó que tienen "mucho trabajo" por delante y tres líneas de investigación: un problema técnico, un problema de salud del conductor y una causa humana, es decir, un error por parte del chófer.

Christian Varone, comandante de la policía de Valais, informó de que la identificación de los cadáveres está en curso y aclaró que entre los 22 menores fallecidos hay siete niños holandeses.

Los seis adultos muertos, los dos conductores y los acompañantes de los niños, que regresaban a casa después de unas vacaciones de esquí en los Alpes suizos, eran todos de nacionalidad belga.

Entre los 24 heridos hay 17 belgas, tres holandeses, un polaco y un alemán, y otras dos personas aún por identificar.

Tres de ellas se encuentran en estado muy grave y se teme por su vida, mientras que el resto presentan traumatismos que podrían ser curados en las próximas fechas, según informó ante los medios Jean Pierre Deslarzes, director médico del grupo cantonal de rescate.

La conferencia de prensa la abrió la presidenta suiza, que expresó la conmoción que ha supuesto para el país esta noticia y el compromiso del Gobierno de Berna para asistir a las víctimas.

Junto a ella, el primer ministro belga, Elio di Rupo, manifestó que su país vive hoy "un día absolutamente dramático" por las consecuencias de este accidente de carretera, el segundo más grave de la historia de Suiza, tras el que costó la vida a 39 personas en 1982, cuando un tren arrolló a un autobús cerca de Zúrich.

Di Rupo se trasladó en un avión militar junto a las familias de las víctimas a la localidad de Sion, a unos 15 kilómetros de distancia del lugar del siniestro, a donde llegaron en varios helicópteros Puma tras aterrizar en el aeropuerto de Ginebra.

"Cuando se pierde a un adulto es dramático, cuando se pierde a un niño, no hay palabras para un dolor tan intenso y personal", declaró el jefe del Gobierno belga, que agradeció a las autoridades suizas las labores realizadas para asistir a las víctimas y a los equipos de rescate por "su generosidad admirable" en una tarea "tan penosa".

El presidente del Consejo de Estado del cantón de Valais, Jacques Melly, incidió en que "no hay palabras para expresar la tristeza y la emoción" de la población local tras conocer el trágico suceso.

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