El fotógrafo Pierre Gonnord dice que "los rostros son mapas y los paisajes, retratos"

  • Madrid.- "Terre de Personne" (Tierra de Nadie) de Pierre Gonnord exhibe desde hoy y hasta el próximo 28 de febrero de 2010 en la Sala Alcalá 31, centro de Madrid, 38 instantáneas en las que "los rostros son mapas y los paisajes también son retratos".

El fotógrafo Pierre Gonnord dice que "los rostros son mapas y los paisajes, retratos"
El fotógrafo Pierre Gonnord dice que "los rostros son mapas y los paisajes, retratos"

Madrid.- "Terre de Personne" (Tierra de Nadie) de Pierre Gonnord exhibe desde hoy y hasta el próximo 28 de febrero de 2010 en la Sala Alcalá 31, centro de Madrid, 38 instantáneas en las que "los rostros son mapas y los paisajes también son retratos".

En entrevista con Efe, Gonnord señaló en la inauguración de la muestra que su "trabajo es una vivencia, una aventura, un proyecto de por vida" y con su cámara ha querido "dar visibilidad con otra poesía" a los mineros y oriundos de áreas rurales del Norte de la Península Ibérica.

De "casi espejos" calificó el fotógrafo, a las personas que "viven del suelo, del subsuelo y del mar" y que han posado con autenticidad con la luz que entraba por la puerta de su casa en un ambiente casero y rural en viviendas -algunas sin enchufes- en tierras de "Galicia y Asturias y (norte de) Portugal".

Estas condiciones han forzado a que Gonnord (Francia, 1963), como aseveró, haya hecho uso más de la luz natural en detrimento de la artificial lo que ha supuesto un "contrapunto a su trabajo".

Un trabajo, "Terre de Personne", que ha sido presentado tanto por él como por su comisario, el español Rafael Doctor, como "el primer capítulo" de un proyecto que lo va a llevar más allá de España en una "fase de experimentación" en su trayectoria artística.

Una etapa en la que Gonnord, a quien se considera uno de los máximos representantes en la escena nacional en materia de retrato fotográfico, ha indagado en el retrato formal de personas y de paisajes y de ello aporta en esta muestra una veintena de retratos y dieciocho paisajes inéditos.

Las instantáneas, que miden 166 x 125 centímetros -salvo un par que exceden esta medida- fueron tomadas, según el artista, "desde diciembre de 2008 hasta el verano" de 2009 con una cámara de "medio formato Hasselblad con respaldo digital" y rompen con los "doce años" que estuvo "trabajando en un entorno urbano".

Este proyecto surge con la concesión del Premio de Cultura de la Comunidad de Madrid 2007 y le va a llevar a retratar a otros lares como Almería, Polonia o Gibraltar, según adelantó, no con la intención de "hacer un geografía sino de encontrar similitudes en entornos rurales".

De esta manera el fotógrafo da un giro a su obra que había indagado en entornos urbanos japoneses, franceses o españoles y ahora se vuelca en la naturaleza viviéndola, porque como apuntó: "no hay proyecto sin vivencia" y "si no hay vivencia no puede haber acercamiento, intimidad".

Una intimidad que para este fotógrafo, que vive en Madrid desde 1988 y cuya galerista es Juana de Aizpuru, se mueve con la premisa de que "la fotografía es luz".

Sus instantáneas de los habitantes de "Terre de Personne" son para él "astros"; son instantes en los que "hay una parte documental y otra muy abstracta" con "algo de uno mismo" porque "se trabaja viviendo".

Pero este artista que proviene, en sus propias palabras, "de la intimidad del rostro" en esta obra -que mira "hacia el entorno natural"- ha presentado por primera vez fotografías de paisajes de entornos rocosos, abstracciones de agua marina o incendios.

La exposición reúne dos vídeos que aportan dos conversaciones de Gonnord con Rafael Doctor sobre "Terre de Personne". También se proyecta su conversación con Jean-Charles Vergne, director del Le Fonds régional d'art contemporain (Le Frac) Auvergne, con motivo de la muestra "Testigos" (Enero de 2009).

Asimismo un catálogo "muy didáctico", según el comisario y ex director del Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (MUSAC), con reproducciones en láminas de las fotos de la muestra, que es "un primer capítulo" de "un mundo por descubrir" que "va a durar entre dos y tres años".

Por otro lado, Doctor apuntó a Efe que la disposición de las fotos en la Sala Alcalá 31 ha buscado un "equilibrio poético" y "visual, estético también con respecto a la intensidad de cada rostro y de cada paisaje" y de la necesidad de "entender lo abstracto".

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