El "General Invierno" acalla los cañones en Ucrania

  • Como ocurriera con Napoleón y Hitler, ha sido el "general invierno" y no la artillería ni la diplomacia internacional lo que ha hecho hincar la rodilla a los combatientes en el este de Ucrania, que han declarado una tregua indefinida.

Ignacio Ortega

Moscú, 13 dic.- Como ocurriera con Napoleón y Hitler, ha sido el "general invierno" y no la artillería ni la diplomacia internacional lo que ha hecho hincar la rodilla a los combatientes en el este de Ucrania, que han declarado una tregua indefinida.

"Ninguno de los dos bandos quiere combatir en invierno, ni las fuerzas gubernamentales ni los milicianos rebeldes. Combatir bajo cero y con nieve en las botas es muy complicado", reconoció hoy a Efe Gueorgui Chizhov, jefe del Centro de Tecnologías Políticas de Ucrania.

El alto el fuego firmado el pasado 5 de septiembre no trajo el fin de las hostilidades, pero la bajada de las temperaturas sí ha reducido drásticamente las acciones militares en las regiones orientales de Donetsk y Lugansk.

Cuando las esperanzas de paz eran cada vez menores, Kiev y los separatistas declararon este martes una tregua indefinida que, con excepción de algunas escaramuzas aisladas, es respetada desde entonces.

El propio presidente ucraniano, Petró Poroshenko, reconoció desde Australia que la tregua es real, ya que, en las últimas 48 horas, por primera vez en mucho tiempo, no ha muerto ni ha resultado herido ningún soldado ucraniano.

Y es que todos recuerdan que, además del coraje de las tropas zaristas y soviéticas, fue el crudo invierno el que acabó con la moral del Ejército napoleónico en 1812 y de las tropas hitlerianas entre 1941 y 1945.

La excepción son los destacamentos que campan libremente y que no se subordinan ni a Kiev ni a Donetsk, como los mercenarios chechenes, ya que hasta los voluntarios llegados de Osetia del Sur han comenzado a regresar a su lugar de origen, según fuentes rusas.

Según Chízhov, desde el punto de vista militar la contienda se encuentra "en un callejón sin salida", ya que el frente está estabilizado, aunque no haya una línea de separación definida como exige el Memorándum de Paz de Minsk.

"Es la primera vez que parece que ambos bandos están de acuerdo en dejar de disparar y es que ya no tiene sentido, ya que no hay adonde avanzar y no hay posibilidad alguna de ganar terreno", subraya.

En su opinión, "Ucrania ha renunciado de momento a recuperar Donetsk y Lugansk por la fuerza de las armas, mientras los insurgentes son conscientes de que cualquier operación les supondría un gran número de bajas y la pérdida de muchos recursos".

"A Rusia tampoco le ha reportado ganancias el conflicto. Solo un deterioro de las relaciones con Occidente", apunta.

Por ello, agrega, todos "han decidido que es mejor congelar el conflicto y dejarlo como está hasta la primavera. Entonces, ya se verá si con el deshielo se reanudan los combates".

Además, añade, "en la sociedad ucraniana hay un gran cansancio y hartazgo, ya que no se puede vivir en un estado de movilización continua".

Si la actual tregua se ve confirmada con la pronta reanudación de las negociaciones en Minsk que ambas partes abordan estos días con mediación de Rusia y la OSCE, entonces los combates podrían cesar definitivamente durante varios meses.

Rusia insiste en que la retirada del armamento pesado de una zona de seguridad es clave para garantizar el éxito de la tregua, tras lo que comenzaría la reconstrucción de la zona de conflicto, de donde se vieron obligados huir entre medio millón y un millón de personas.

El problema es que la desconfianza entre ambas partes no ha decrecido, ya que las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk siguen con sus planes de crear sus propias instituciones estatales y estrechar lazos con Moscú.

De hecho, el experto militar y diputado ucraniano, Dmitri Timchuk, advirtió de que las milicias insurgentes aprovecharán la pausa para reagruparse y crear las Fuerzas Armadas de Novorrosía en connivencia con el Kremlin.

"Eso significa que las agrupaciones terroristas de Donetsk y Lugansk se preparan activamente con la ayuda de Rusia para una futura confrontación militar", dijo.

Por su parte, el ministerio de Defensa ucraniano anunció esta semana una cuarta ola de movilización militar que incluirá la leva de otros 40.000 reclutas, 10.500 de ellos por contrato.

En total, las Fuerzas Armadas contarán el próximo año con 250.000 soldados, cuando en 2013 esa cifra era de 130.000, a lo que se suma el equipamiento moderno suministrado por las potencias occidentales.

El Congreso de EEUU adoptó ayer una ley en la que autoriza al presidente, Barack Obama, el suministro de armamento letal a Kiev, algo a lo que la Administración norteamericana se ha negado hasta ahora, pese a que Poroshenko aseguró que la guerra no se puede ganar con mantas.

Sea como sea, Chizhov descarta que Ucrania intente lanzar una nueva ofensiva para reconquistar las zonas rebeldes, a no ser que Rusia se vea envuelta en una grave crisis económica que le obligue a dejar de apoyar a los separatistas.

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