El Gobierno israelí realojará a 30.000 beduinos en el Negev

Jerusalén, 11 sep.- El Gobierno del primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, aprobó hoy un plan para realojar a más de 30.000 beduinos que residen en el desierto del Negev a aldeas y pueblos reconocidos por la Administración israelí, a cambio de una compensación económica y de tierras.

El plan, que sigue a la investigación de una comisión para resolver el histórico contencioso por las tierras de ese desierto en el sur de Israel, será aplicado a entre 20.000 y 30.000 personas que hoy viven en casas y aldeas que las autoridades israelíes no incluyen en sus mapas.

Según la iniciativa, que ha arrastrado no pocas críticas por parte de grupos de derechos humanos y civiles, los beduinos afectados serán transferidos a tres ciudades en la misma zona, Rahat Khura y Ksayfe, informa el diario Haaretz.

El plan gubernamental, cuya aplicación costará alrededor de 6,8 millones de shékels (unos 2 millones de dólares) incluye compensaciones financieras a los damnificados, así como parcelas de tierras alternativas a las que dejarán, y en las que muchos de ellos viven desde hace décadas.

La intención del Gobierno israelí es concentrar a la población beduina de esa región, que en muchos casos vive en carpas y chabolas, en tres centros urbanos reconocidos donde puedan disfrutar de las condiciones de la vida moderna.

Pero grupos de derechos civiles denuncian que se trata de una evacuación injustificada y contra la voluntad de los damnificados, que desean seguir viviendo como lo llevan haciendo desde hace generaciones, con la única intención de quedarse con las tierras y poblarlas de judíos.

Unos 150 beduinos se concentraron hoy en Jerusalén fuera de la oficina del Primer Ministro para protestar la decisión, que consideraron una "declaración de guerra".

"Este Gobierno estúpido será responsable de una ola de violencia beduina en el Negev", advirtió el diputado Taleb A-Sana, que participaba en la concentración.

Adala, el centro legal que defiende los derechos de la minoría árabe en Israel, acusó al Gobierno de violar los derechos de los beduinos, porque el plan significará la erradicación de decenas de miles de personas y la demolición de decenas de aldeas.