El gobierno pone al día la aplicación del convenio de estocolmo sobre contaminantes orgánicos persistentes


El Consejo de Ministros autorizó este viernes la actualización del Plan Nacional de Aplicación del Convenio de Estocolmo (PNA) y del Reglamento comunitario sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP), y por el que se modifica la Directiva 79/117/CEE.
El Plan Nacional de Aplicación del Convenio de Estocolmo tiene como objetivo recopilar información y elaborar un diagnóstico de la situación española respecto a los COP y, en consecuencia, formular las medidas necesarias para ajustarse a las obligaciones que imponen tanto este convenio internacional como el reglamento.
Los contaminantes orgánicos persistentes suponen un grave riesgo para la salud humana y el medio ambiente de todo el planeta por su elevada toxicidad, persistencia, bioacumulación y capacidad de dispersión.
En 1997, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) decidió que se negociara un convenio internacional, jurídicamente vinculante, para hacer frente a estos contaminantes. Así, el Convenio de Estocolmo de 2001, firmado posteriormente por la Unión Europea, tiene como objetivo proteger la salud humana y el medio ambiente ante estos contaminantes y reúne a 178 países comprometidos, entre ellos España, que lo ratificó en 2004.
El PNA se actualiza y revisa ahora, seis años después de su aprobación inicial, para incluir tanto los contaminantes iniciales como los que han pasado a formar parte de las listas del convenio y del protocolo.
Algunos de ellos, como las familias de polibromados y de perfluorados, representan un problema complejo para todos los países debido a que su fabricación ha cesado muy recientemente y han tenido amplio uso en sectores muy diversos (equipos eléctricos, materiales de construcción y textiles, entre otros).

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