El gobierno sirio dispuesto a participar en negociaciones de paz en Ginebra

  • El gobierno sirio se declaró el jueves dispuesto a participar en las negociaciones previstas en enero en Ginebra para poner fin a la guerra civil, aunque quiere saber qué grupos de oposición participarán en el diálogo, del que excluye a los que califica de "terroristas".

En el terreno, veinte civiles, entre los cuales siete niños, murieron en ataques aéreos lanzados por el régimen de Bashar al Asad contra una localidad ubicada al sureste de Damasco, según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).

Decenas de personas también resultaron heridas durante estos ataques en el centro de Hammuriyé, una localidad de la Guta oriental, el mayor feudo rebelde en la provincia de Damasco que es regularmente bombardeado por el régimen, subrayó el director del OSDH, Rami Abdel Rahman.

"Siria está dispuesta a participar en el diálogo entre sirios en Ginebra, sin interferencia extranjera", declaró en Pekín el ministro sirio de Relaciones Exteriores, Walid Muallem, en una conferencia de prensa tras reunirse con su par chino Wang Yi. China es uno de los aliados del régimen de Bashar Al Asad.

"Nuestra delegación estará preparada una vez que recibamos la lista de la delegación de la oposición. Esperamos que este diálogo nos ayude a crear un gobierno de unión nacional", añadió Muallem.

La creciente presencia del grupo Estado Islámico (EI) impulsó, por primera vez en casi cinco años de conflicto, a los 15 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU --incluidas Rusia y China-- a adoptar el 19 de diciembre una hoja de ruta para una solución política a la guerra en Siria.

Esta resolución prevé negociaciones entre la oposición y el régimen de Damasco. El director general de la ONU en Ginebra Michael Moller indicó que estas conversaciones se celebrarían en Suiza "hacia fines de enero".

El ministro sirio de Exteriores precisó que Siria esperaba recibir una lista de "organizaciones terroristas" a las que no se les permitirá participar en las negociaciones.

Este tema es crucial ya que el régimen de Damasco califica de "terrorista" a todos los grupos que tomaron las armas para exigir la salida de Asad, sin hacer diferencias entre los rebeldes y los yihadistas del Frente Al Nosra o del EI.

Jordania, encargada por los 17 países del Grupo de apoyo a Siria de preparar una lista de grupos considerados como terroristas que serán excluidos de las negociaciones, ya indicó el 22 de diciembre que había un "absoluto consenso" para descartar al Frente Al Nosra y al EI.

Además de las negociaciones entre la oposición y el régimen de Damasco, así como un alto el fuego, el texto del Consejo de Seguridad prevé un gobierno de transición en seis meses y elecciones en 18 meses.

"Este gobierno (de unión nacional) formará un comité constituyente para reflexionar sobre una nueva constitución con una nueva ley electoral, de forma que las elecciones legislativas puedan tener lugar dentro de 18 meses", aseguró el ministro sirio de Exteriores.

Pero el proceso puede verse afectado por las disensiones en la comunidad internacional sobre el destino de Asad: los occidentales quieren que deje el poder, pero los rusos apoyan al actual presidente sirio.

Las grandes potencias habían mostrado su intención de implementar este proceso para poner fin a un conflicto que ya dejó más de 250.000 muertos y millones de desplazados. Según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), 4,4 millones de sirios huyeron del país desde 2011.

En el terreno militar, el EI proseguía su avance ante las fuerzas leales al presidente Asad y ampliaba su control en una ciudad del este, al término de combates y ataques suicida que causaron 26 muertos.

El EI se apoderó así de un barrio industrial de la localidad de Deir Ezzor, a 450 km de Damasco, tras una violenta ofensiva lanzada el miércoles por la mañana, informó el OSDH.

Asimismo, las fuerzas iraquíes avanzaban este jueves en Ramadi para expulsar a los últimos yihadistas de esta ciudad ubicada a 100 km de Bagdad, pero lo hacen con prudencia por estar minada de artefactos y ante la posible presencia de civiles.

Los combates causaban estragos en los alrededores de la antigua sede del gobierno provincial en el centro de Ramadi, capital de la provincia de Al Anbar (oeste), poblada mayoritariamente por sunitas.

Desde 2014, los combatientes del EI controlan la casi totalidad de la provincia petrolera de Deir Ezzor, pero la mitad de la capital homónima sigue en manos de las fuerzas gubernamentales.

Si el EI se apoderara de esta ciudad, se trataría de la segunda capital provincial, después de Raqa, en el norte, que cae bajo control del grupo yihadista.

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