El jemad alerta del riesgo para la seguridad de españa si continúan los recortes en defensa

El almirante Fernando García Sánchez, Jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), advirtió hoy de los riesgos que puede conllevar para la seguridad de España que continúen los recortes en materia de defensa.
García Sánchez se refirió a este asunto en la Comisión de Defensa del Congreso, donde acudió para explicar los presupuestos para 2013 de las Fuerzas Armadas.
El Jemad se refirió a los recortes que sufrirán el próximo año el Ministerio de Defensa y los Ejércitos. A este respecto, destacó que “las Fuerzas Armadas es una organización que corre el riesgo de convertirse en frágil y hueca cuando se deteriora el equilibrio entre personal y su moral; el adiestramiento; y el material”.
El almirante se refirió a que “con los ajustes previstos para 2013, el Presupuesto de Defensa ha sufrido una reducción ininterrumpida durante el último lustro de un 28 por ciento”.
“No cabe duda que si la situación de ajuste presupuestario se agudiza”, aseguró, “podríamos perder capacidades esenciales, con lo que se incrementarían los riesgos asumidos en el ámbito de la seguridad”.
TANQUES PARADOS
En este sentido, el Jemad explicó que se está absorbiendo la reducción presupuestaria con menos adiestramiento en unidades que no van a ser desplegadas de forma inmediata, pero advirtió de que la recuperación de estas unidades podría ser “inviable” si la situación se prolonga.
García Sánchez añadió que las Fuerzas Armadas necesitan un compromiso presupuestario “a corto, medio y largo plazo, que hagan practicable un planeamiento con las necesidades de seguridad de nuestra nación”.
El responsable de los Ejércitos hizo estas consideraciones tras referirse a que los recortes harán, por ejemplo, que el Ejército de Tierra deba mantener parados en 2013 la mitad de sus vehículos acorazados o mecanizados.
Además, en el Ejército de Tierra los ejercicios prácticos se reducirán de los 1.400 de 2008 a 650 del próximo año. A su vez, en el Ejército se reducirán las horas de vuelo de los piloto hasta un nivel que se considera mínimo para mantener la operatividad.