El mensaje de Francisco impulsa la labor misionera de la Iglesia argentina

  • Apoyada en el mensaje evangelizador del papa Francisco, la Iglesia argentina extiende, un año después de su llegada al Vaticano, su labor misionera, reforzada por la reiterada llamada de quien fuera arzobispo de Buenos Aires a salir a las calles y llevar la palabra de Jesús por todos los rincones.

Alida Juliani Sánchez

Buenos Aires, 9 mar.- Apoyada en el mensaje evangelizador del papa Francisco, la Iglesia argentina extiende, un año después de su llegada al Vaticano, su labor misionera, reforzada por la reiterada llamada de quien fuera arzobispo de Buenos Aires a salir a las calles y llevar la palabra de Jesús por todos los rincones.

La elección como sumo pontífice del cardenal Jorge Bergoglio supuso un impulso solidario para el pueblo argentino, reflejado en el aumento del número de voluntarios que dedican parte de su tiempo a trabajos sociales, y un revulsivo para los habitantes de los barrios más excluidos de la capital, según fuentes eclesiásticas.

En esos barrios, conocidos popularmente como 'villas', Francisco dejó una profunda huella que hoy sirve de guía a los sacerdotes que allí trabajan y que se enorgullecen de que el mensaje que transmitió se traslade ahora al resto del mundo., añaden las fuentes.

"Bergoglio encarna una Iglesia más sencilla, más abierta, más misionera, más parecida al Evangelio. Una Iglesia que veníamos queriendo mucha gente en Argentina", indicó a Efe el religioso Lorenzo "Toto" Vedia, conocido como el padre "Toto".

El sacerdote ejerce su labor pastoral en la parroquia de Nuestra Señora de Caacupé, ubicada en la villa 21-24 de Buenos Aires, que era visitada con asiduidad por el papa Francisco.

"La gente lo ha conocido mucho acá y esa alegría se nota a la hora de participar y en la llegada de voluntarios de otros lugares que se han sumado al trabajo que se hace desde hace mucho tiempo", explicó.

Las vocaciones religiosas también "han ido aumentando poco a poco", según el padre "Toto", incluso entre los jóvenes que habitan las villas y que han tomado la decisión de entrar en el seminario.

Pero el 'efecto Bergoglio' no solo se ha hecho notar en Buenos Aires, su ciudad natal, sino también en otros lugares de Argentina, a través de las organizaciones católicas que llevan a cabo acciones solidarias sobre el terreno.

Y se siente "en el ánimo de la gente que ya estaba comprometida y en la mayor sensibilidad y disponibilidad al trabajo solidario de los que no lo estaban", señaló a Efe Emilio Inzaurrada, presidente de Acción Católica de Argentina, que está presente en cerca de 850 parroquias de todo el país.

"Es esa actitud de salir a las calles, de ser cabeceras de la fe. No lo podríamos cuantificar, pero mi sensación es que hay mucha gente que se acerca, que los centros están más activos y que van para arriba", explica Inzaurrada, quien subraya también el aumento de vocaciones religiosas.

"Antes eran más esporádicos los ingresos en el seminario. Este año ha habido varios jóvenes de nuestra organización que han decidido hacerlo como una acción natural y vocacional, que es lo que quiere el papa", añade.

La elección de Bergoglio como sumo pontífice impactó también a nivel social en Argentina, "un pueblo que siempre ha sido solidario, y con una sensibilidad especial para los necesitados que ahora, con la influencia del papa, se nota no sólo en momentos puntuales de mayor necesidad, sino constantemente".

El 'efecto Francisco' se vio reflejado en las Jornadas Mundiales de la Juventud que se celebraron en julio de 2013 en Río de Janeiro y reunieron a más de tres millones de jóvenes de todo el mundo.

"Hasta el 13 de marzo, cuando Bergoglio fue elegido Papa, teníamos cinco personas anotadas para asistir, con la inscripción abierta desde seis meses antes. Tras la elección, tardó una semana en llenarse el cupo inicial de 50, y en dos semanas el de 100", indicó a Efe Guido Savall, de la Universidad Católica Argentina.

"La simplicidad de su mensaje, el poder de traducir el Evangelio a situaciones concretas de la vida, hablar con un lenguaje claro, hace que tomemos mayor conciencia", concluye.

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