El misionero en investigación por un posible caso de ébola está “estable” y mañana se conocerán los resultados del primer test

VALLADOLID, 29 (SERVIMEDIA/ICAL)

El paciente en investigación por un posible caso de ébola, un misionero de 40 años, que ingresó este lunes a las 15.35 horas en el Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid, referencia en Castilla y León para esta enfermedad, está "estable clínicamente y tranquilo anímicamente", según señaló el doctor Pablo Bachiller, miembro del Comité Asesor sobre el Ébola.

Este martes se conocerán los resultados del primer test, según explicó esta tarde el consejero de Sanidad, Antonio María Sáez, quien compareció con los responsables de la unidad para este tipo de casos creada en el citado centro hospitalario.
El consejero explicó que el misionero ha sido ingresado para investigar si es o no portador del virus del ébola, dado que ha trabajado en Sierra Leona, desde donde viajó a Madrid, el 11 de diciembre, donde se inició su observación por los servicios médicos de la Comunidad; para acudir a su domicilio de Olmedo (Valladolid), el día 16 de diciembre, fecha desde la que ha estado en observación por el servicio de vigilancia del Río Hortega, tal y como señaló la jefa del Servicio de Vigilancia Epidemiológica, Susana Tamames, quien aclaró que la enfermedad, en caso de que la tenga, no se contagia hasta que se presentan los primeros síntomas.
El paciente comenzó a notar síntomas ayer, domingo 28 de diciembre, en torno a las nueve de la mañana, si bien no fue trasladado hasta el día de hoy porque, según explicó Tamames, el paciente tomó paracetamol y sobre las 20 horas, que es cuando se le llamó para recabar información sobre la temperatura corporal y señaló que no tenía fiebre. No obstante, esta mañana a pesar, dijo, “de que la sospecha era bajísima”, se activó el protocolo. Tenía 37,7 grados de temperatura y una “cefalea intensa”.
En todo caso, precisó Tamames, cualquier persona que haya estado en contacto con él sin síntomas no se considera persona de riesgo, pero sí los padres del enfermo que han sido aislados también en el Hospital Río Hortega, en concreto, en el bloque cuatro, nivel cero, habilitado para este fin, dado que sí estuvieron en contacto con él cuando comenzaron los síntomas, si bien, aclaró la doctora, los progenitores no podrían contagiar la enfermedad en caso de padecerla su hijo puesto que no han presentado síntomas.
Según añadió el consejero de Sanidad, la muestra ya se ha obtenido y se ha enviado a Madrid y será mañana cuando se conozcan los resultados y, de ser negativos, habrá que efectuar una segunda prueba en 72 horas. En este sentido, el doctor Pablo Bachiller, quien mostró su agradecimiento a todo el equipo por haber funcionado “perfectamente”, aseguró que el paciente pide “discrección” y se encuentra “estable clíncamente y sereno anímicamente”, después de 14 días de seguimiento en su domicilio, tal y como añadió Susana Tamames, quien recordó que el paciente se consideró de bajo riesgo. “El paciente está tranquilo, la única intranquilidad es por sus padres, pero él es misionero y sabe dónde está”, afirmó Bachiller.
Además del misionero y de sus padres, el Servicio de Vigilancia se encuentra haciendo seguimiento a otra persona en Valladolid, procedente de Liberia, pero que ya está a punto de llegar a los 21 días de observación en los que se puede manifestar el ébola, según añadió Antonio Sáez.
El consejero resaltó que los protocolos han funcionado bien y los servicios de emergencias han actuado “perfectamente” y quiso lanzar un mensaje de tranquilidad porque “las cosas funcionan” y las medidas que se han tomado han sido de “precaución” ante un posible caso de ébola, si bien confió en que este punto no se confirme y recordó que el enfermo ha padecido otras enfermedades infecciosas en el pasado.
En todo caso, Sáez aseguró que la situación es de alerta activa, pero no de alarma, puesto que mostró su convicción de que este caso no se va a confirmar y Castilla y León está haciendo “lo que tiene que hacer”.
Para atender al misionero y sus padres la unidad, que se puso en marcha en agosto, según recordó Bachiller, dispone de cuatro facultativos, de los cuales tres han hecho el curso de adiestramiento para la atención a este tipo de enfermos en la Escuela Nacional de Salud, así como enfermeras, auxiliares, personal de limpieza y personal de otro tipo de servicios como laboratorio o radiografías, así como los de emergencias, presentes en la rueda de prensa.
El seguimiento de los padres del misionero en el centro hospitalario se hará “por cuestiones logísticas” allí y no en su domicilio para evitar que entren en contacto con otras personas, según señaló la doctora Tamames.

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