El negocio de los piojos se implanta en Euskadi

  • Los temidos piojos se han convertido en un negocio en auge que ha llegado al País Vasco, donde ya se ha implantado en San Sebastián el primer centro especializado en erradicar a estos molestos parásitos de las cabezas de niños, padres y sufridos abuelos.

Clara García de Cortázar

San Sebastián, 5 may.- Los temidos piojos se han convertido en un negocio en auge que ha llegado al País Vasco, donde ya se ha implantado en San Sebastián el primer centro especializado en erradicar a estos molestos parásitos de las cabezas de niños, padres y sufridos abuelos.

Rosario Montero, emprendedora granadina y creadora de la franquicia Kids and Nits, ha explicado, en una entrevista a Efe, que actualmente se encuentran en negociaciones para abrir un segundo centro en la comunidad vasca, aunque no ha querido desvelar la localidad en la que previsiblemente se instalará.

Las consejerías de Educación y Sanidad del Gobierno vasco no disponen de datos sobre la incidencia de estos insectos, ya que son los propios centros escolares los que envían una circular a los padres cuando detectan su presencia en las aulas, en algunas de las cuales no consiguen librarse de ellos en todo el curso lectivo.

El departamento vasco de Sanidad ofrece en su página web, dentro del apartado Salud Infantil, unas indicaciones sobre cómo actuar si se sospecha o se confirma la presencia de estos molestos animales de color pardo amarillento y fecundidad extraordinaria, que necesitan sangre humana para sobrevivir.

En el primer caso, se recomienda pasar repetidamente una liendrera por el pelo mojado, así los piojos se mueven menos, para confirmar o descartar la infestación, mientras que en el segundo aconsejan aplicar un producto pediculicida, "siguiendo las instrucciones del prospecto", y repetir la aplicación al cabo de 7 o 10 días.

Parece que "el problema" de los piojos es "mundial", muy democrático y no conoce fronteras con lo que Rosario Montero vio la oportunidad de implantar en España un negocio dedicado a fulminarlos "sin productos químicos", tras un viaje que realizó a Suramérica en el que conoció un centro dedicado a este mismo menester en Chile.

Desde entonces, la firma ya ha abierto cinco centros, dos de ellos en Madrid y el resto en Granada, Málaga y San Sebastián, donde funciona desde el pasado mes de febrero, concretamente en el barrio de Amara, aunque también se plantean aperturas inminentes en Alicante, Santander, Ceuta y La Coruña, al tiempo que empiezan su expansión por Europa, concretamente en Alemania e Italia.

Montero explica que el método que utilizan consiste en aplicar un tratamiento térmico a base de calor a alta velocidad, inocuo para las personas, con el que se consigue deshidratar al 97 % de las liendres, tras lo cual se aplica un tratamiento de aspiración, seguido de un repaso manual y se cita al cliente para una revisión a los siete días.

El precio oscila entre los 49 y los 79 euros según el grado de infestación o la largura del cabello, explica Montero, en cuyos centros se atiende "una media de un adulto por cada dos menores".

Relata que son muchos los falsos mitos que rodean a estos resistentes parásitos que, en contra de la creencia popular, no saltan, afectan también a los adultos, no se contagian a través de las mascotas y su presencia no tiene ninguna relación con las condiciones higiénicas del pelo, la casa o el colegio.

Los piojos también se adaptan a los nuevos tiempos de manera que cada vez afectan más a los abuelos, que comparten mucho tiempo con los nietos, se valen de que los niños no están tan expuestos a temperaturas extremas en la calle para garantizarse la supervivencia todo el año y se aprovechan de los dispositivos móviles, que obligan a juntar cabezas, para campar a sus anchas de una a otra.

En cuanto a los tratamientos caseros, Montero comenta que si el contagio es reciente se puede controlar únicamente pasando la liendrera y quitando los piojos que pueda haber, aunque si ya hay liendres "la cosa se complica" porque hay que "retirarlas absolutamente todas, de manera manual, una a una".

Advierte de que los piojos en cuanto detectan un olor que supone una amenaza pueden "estar sin respirar hasta cuatro horas" y así sortear los efectos de algunos tratamientos, por ejemplo, a base de vinagre.

Montero asegura que todavía existe "pudor" a la hora de reconocer que el "problema" está en nuestra casa aunque, según distintos estudios, puede decirse que la existencia de los piojos se remonta a la prehistoria.

En España ya hay varias franquicias dedicadas a estos parásitos, maestros del camuflaje, que provocan el curioso efecto de que nos rasquemos la cabeza en cuanto se habla de ellos.

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