El "¡no corras papá/mamá!" y otros 7 efectos positivos de tener hijos

    • El estudio de una aseguradora demuestra que los conductores con hijos tienen menos percances de tráfico que los que no los tienen.
    • Los hijos no vienen con un pan debajo del brazo, pero provocan efectos positivos en los padres, aunque consuman muchas de sus fuerzas, tiempo y recursos.
En el día de la mujer trabajadora, se reivindican los espacios de conciliación para padres y madres
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"Ningún hijo sale rentable, no son una inversión sino un gasto". Quien afirma esto sabe de lo que habla. Se trata de Leopoldo Abadía, uno de los divulgadores más leídos de los efectos de la crisis económica. Y padre de… ¡doce hijos y cuarenta nietos! "No voy por la calle con todos ellos porque me piden permiso de manifestación", confesaba a lainformacion.com.

No mentía don Leopoldo. Lo primero que constatan los padres primerizos es que los hijos NO vienen con un pan debajo del brazo. Por el contrario, suelen llegar con ansia depredadora, de alimento, de tiempo, de dinero y de atención.

No obstante, encuestas sociológicas como el CIS e investigaciones académicas como la del Dr. Luis Angeles, de la Universidad de Glasgow, confirman que los hijos son factores indiscutibles de felicidad para sus progenitores y para el resto de la sociedad. ¿En qué otros aspectos se nota?1. El tiempo se multiplica.

La llegada de un hijo acarrea una infinidad de obligaciones ineludibles. En primer lugar, alimentarle y cuidarle, pero luego hay que preocuparse por su educación: llevarle y recogerle del colegio, supervisar su progreso académico, ayudarle con las tareas escolares. En muchas ocasiones, los hijos se convierten en la excusa perfecta para ejercer la virtud del orden: para hacer lo que se debe y estar en lo que se hace, para dejar cada cosa en su sitio y tener un sitio para cada cosa.2. El dinero se aprovecha mejor.

Como decía un experto consagrado como el profesor Abadía, los hijos no salen rentables en términos económicos, por mucho que diga el refranero. Y quizá por eso ayudan a mejorar la eficiencia de los recursos disponibles. Cualquier familia con hijos puede acreditar las propiedades elásticas de monedas y billletes cuando hay hijos de por medio: los gastos en comida, educación, ropa o regalos cunden más cuando, antes de pagar, uno se acostumbra a pensárselo dos veces, a comparar ofertas o, si se puede, a ejercitarse en el tradicional deporte del regateo.3. Las cosas buenas que no harías por ti, lo haces por ellos.

"Nunca imaginé que mi marido aguantaría una sesión de ballet, hasta que fue a ver a mi hija". O quizá sería más justo y resaltar resaltar el no menos popular: "Nunca imaginé que mi mujer aguantaría un partido de fútbol, hasta que fue a ver a mi hijo". Sí, los padres sacan lo mejor de sí mismos, olvidándose de sus legítimos gustos, para ayudar y complacer en lo que ven más positivo y conveniente para su prole.4. Más pendientes de la salud.

Un niño es sinónimo, sobre todo en las primeras etapas de su vida, de catarros, mocos, fiebre y vacunas. La salud deja de ser eso de lo que te acuerdas cuando te falta a convertirse en una cita obligada en las agendas. Los calendarios de vacunación, las bufandas, la ortodoncia y la dieta equilibrada protagonizan la vida cotidiana de una pareja con hijos.5. Más atentos en la carretera.

Lo dicen las aseguradoras, que de riesgos saben un tanto: el 68% de los españoles conduce de forma más responsable cuando tiene hijos. La mayoría de los padres se lo piensa dos veces antes de manipular aparatos electrónicos como móviles, radios o dispositivos de geolocalización cuando llevan hijos en el asiento de atrás. No hay guardia civil más estricto que un pequeño pasajero a medio metro a la nuca del conductor.6. Sí, separa a la pareja, pero también la une.

"Cuando nos casamos, mi mujer y yo teníamos la nariz a un centímetro de distancia, cuando nació Santiaguito, salimos disparados uno del otro". Es el testimonio de Santiago, un enamorado de su familia… y de su mujer. Sí, cuando hay niños en la familia, los mismos y las atenciones se reparten, y no siempre por igual. Pero ninguna pareja niega que la descendencia actúa como una estupenda argamasa que también sirve para limar o suavizar los inevitables roces entre hombre y mujer.7. Cuidado de las cosas.

No es de extrañar que los progenitores más devotos acaben desarrollando complejos de 'Señorita Rottenmeier': "Ten cuidado", "no salgas así a la calle", "¿a qué hora vas a volver?", "lávate las manos/dientes/pelos/pies", "ponte a estudiar"... Nada puede fastidiarles más que ver las cosas, sobre todo las más caras, descuidadas, rotas o deterioradas. El cuidado de los enseres y demás materiales de la casa se hace imperativo para los hijos… y para los padres, obligados a predicar con el ejemplo.

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