El padre de Sarkozy rebate en una biografía la acusación de abandonar a los suyos

  • París.- La familia del jefe del Estado francés, Nicolas Sarkozy, vuelve a ser portada en su país, esta vez por la publicación de la biografía de su padre, Pal, quien recorre su vida en las páginas de "Tant vie" para responder a las "falsas acusaciones" que le señalaban por "haber abandonado" a los suyos.

París.- La familia del jefe del Estado francés, Nicolas Sarkozy, vuelve a ser portada en su país, esta vez por la publicación de la biografía de su padre, Pal, quien recorre su vida en las páginas de "Tant vie" para responder a las "falsas acusaciones" que le señalaban por "haber abandonado" a los suyos.

"Mi hijo tendría una vida más tranquila si no se volviera a presentar" a la presidencia de Francia, explica a sus 82 años, Pal, en línea con el consejo que un día antes le daba la primera dama, Carla Bruni, a su marido.

Con su libro, este antiguo publicista nacido en Budapest en 1928 que desliza un tímido consejo a su hijo (en horas bajas tras la contundente derrota de su partido en las recientes elecciones regionales), se lanza a una nueva aventura artística, después de que hace un par de años recorriera el mundo exponiendo sus lienzos.

"Me han acusado de muchas cosas, principalmente de haber abandonado a los míos. Eso me impidió dormir durante mucho tiempo. Era el momento de responder a las falsas acusaciones", asegura el progenitor del jefe del Estado en una entrevista publicada en hoy "Le Parisien".

"¡Me divorcié, como todo el mundo!", dice el autor en las páginas de "Le Figaro", donde explica que una vez que se separó de la madre del presidente, Andrée Mallah, veía a sus tres hijos "tres o cuatro veces por semana".

Es más, fue Pal quien enseñó al joven Nicolas a practicar vela y esquí acuático, recuerda el publicista húngaro, originario de una familia de la pequeña nobleza del este de Budapest, y afirma que en aquella Francia de los años sesenta y setenta "le hacía falta trabajar mucho para tener éxito, ¡70 horas por semana en vez de 35!".

Pero el esfuerzo mereció la pena, dice ahora el hombre que ideó que los maniquíes de los escaparates de las tiendas C&A rotasen mostrando diferentes prendas en función de si llovía o hacía sol.

"Siempre hay que sacrificar cosas. Si ocuparme primero de mis hijos significa un éxito profesional menos destacable, entonces, no me arrepiento", sentencia Pal Sarkozy, quien reitera que mantiene una relación fluida con el presidente, al que ve una vez al mes.

Su padre describe a Nicolas Sarkozy como un hombre con "sentido del trabajo" cuya "principal motivación es ser siempre el primero" y se muestra impresionado por el hecho de que el hijo de un apátrida haya llegado "tan alto" y se haya convertido en presidente de la República francesa.

Cuando ve al presidente, dice, no hablan de política y no le da consejos. Si se le pregunta por la gestión de su hijo al frente del Elíseo sólo concede que "no ha tenido elección" porque "la crisis mundial llegó poco después de su elección" y subraya que el presidente derrocha "coraje".

En la promoción de sus memorias -en las que Pal Sarkozy recuerda entre otras cosas el "terror" que le inspiraban los bolcheviques o la figura de su padre, Gyorgy Nagy-Bocsai Sarkozy- el progenitor del presidente de Francia habla también de su nieto, Jean, conocido también de los rotativos franceses.

De hecho, hasta la publicación de "Tant vie" y salvo por las esporádicas declaraciones de Carla Bruni o los rumores sobre presuntos romances de la pareja presidencial, Jean había sido el último familiar del jefe del Estado en acaparar la atención de los medios.

Las acusaciones de nepotismo hicieron que el hijo de 23 años del presidente, con la carrera de Derecho colgada en segundo curso en favor de su fulgurante carrera política, renunciara a presentarse como candidato a presidir el organismo público que gestiona "La Défense", el barrio de negocios más grande de Europa.

"Jean es un chico con mucho talento que me ha proporcionado la gran alegría de darme el primer bisnieto", dice Pal, quien asegura que de esa forma "la dinastía se perpetúa...".

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