El papa al arzobispo de Canterbury: la unidad de los cristianos es la meta

  • La unidad de los cristianos es "la meta" a la que deben orientar sus pasos católicos y anglicanos en el camino del ecumenismo, según dijo hoy en la Ciudad del Vaticano el papa Francisco al arzobispo de Canterbury, Justin Welby.

Ciudad del Vaticano, 16 jun.- La unidad de los cristianos es "la meta" a la que deben orientar sus pasos católicos y anglicanos en el camino del ecumenismo, según dijo hoy en la Ciudad del Vaticano el papa Francisco al arzobispo de Canterbury, Justin Welby.

"El objetivo de la unidad completa puede parecer lejano, pero sigue siendo la meta a la que deberíamos encaminar todos los pasos del camino ecuménico que estamos recorriendo juntos", dijo el pontífice ante el primado anglicano.

Welby, al que recibió Francisco en audiencia y con quien oró en la capilla de Urbano VII, escuchó al papa decir que las divisiones que separan a católicos y anglicanos son básicamente "un escándalo".

"Bajo su mirada misericordiosa no podemos ocultar que nuestra división sea menos que un escándalo y un obstáculo para que proclamemos el Evangelio de la salvación del mundo", dijo el papa argentino.

"Nuestra visión a menudo queda empañada por la carga acumulada de nuestras divisiones y nuestra voluntad no siempre está libre de esa ambición humana que puede acompañar incluso nuestro deseo de anunciar el Evangelio como lo mandó el Señor", agregó el papa Bergoglio.

La de hoy ha sido la segunda vez que ambos se reúnen, puesto que los dos se vieron ya en junio de 2013 en el Vaticano, en su primer encuentro desde que el argentino Jorge Mario Bergoglio fue elegido pontífice y Justin Welby jefe de los anglicanos.

Aquella visita fue "breve, de cortesía, informal, pero importante", según señaló entonces el Vaticano, sobre un encuentro del que dijo también que sirvió "para conocerse mejor y con mayor profundidad".

El viaje de la máxima autoridad de la Iglesia de Inglaterra a la Santa Sede esta centrado esta vez, según adelantó su portavoz en Londres, en un proyecto cuyo objetivo es combatir la esclavitud y el tráfico de personas, impulsado por el Vaticano a comienzos de este año.

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