El Papa dice que la guerra étnica ensombrece África y la anima a levantarse

  • Luanda, 22 mar (EFE).- El Papa celebró hoy una misa ante más de un millón de personas en Luanda, en la que dijo que las guerras, la rivalidad étnica, la corrupción, la avidez y el aborto ensombrecen a África, continente al que exhortó a 'levantarse' y liberarse de todos los males y crear un futuro de reconciliación, justicia y paz.

Luanda, 22 mar (EFE).- El Papa celebró hoy una misa ante más de un millón de personas en Luanda, en la que dijo que las guerras, la rivalidad étnica, la corrupción, la avidez y el aborto ensombrecen a África, continente al que exhortó a "levantarse" y liberarse de todos los males y crear un futuro de reconciliación, justicia y paz.

"Levantaos, poneros en camino. Mirar al futuro con esperanza, construir algo destinado a durar y dejaréis a las generaciones futuras una herencia de reconciliación, justicia y paz", dijo el Papa en medio de los aplausos de miles de fieles venidos de otras provincias y de países limítrofes tras horas y horas de viaje en destartalados autobuses.

Tras expresar su satisfacción por estar en "esta bella y sufrida tierra", el Papa se refirió a las guerras que ensangrentan el continente africano y dijo que estas contiendas han logrado destruir las familias, propiciado el odio y la venganza y sólo han creado destrucción e injusticias.

Entre ellas está el conflicto de los Grandes Lagos. El Papa hizo durante la ceremonia un llamamiento para que se ponga fin al mismo, expresó su solidaridad con los que sufren y animó a proseguir en su labor a todos aquellos que llevan adelante "el difícil proceso de diálogo, de la negociación y del cese de la violencia".

"¡Qué grande es la oscuridad en tantas partes del mundo, también en África. Pensemos en el flagelo de la guerra (en Angola ha durado 27 años), en los frutos feroces del tribalismo, las rivalidades étnicas, la avidez que corrompe el corazón del hombre, esclaviza a los pobres y priva a las generaciones futuras de los recursos que necesita para crear una sociedad más solidaria y justa", denunció.

Benedicto XVI, al que se le vio en algunos momentos con aspecto cansado debido al fuerte calor y que se limpiaba el sudor con un pañuelo, señaló como otros de los problemas de África "el insidioso espíritu de egoísmo que encierra a los individuos en si mismos y divide a las familias".

El Obispo de Roma añadió que ese egoísmo suplanta los grandes ideales de generosidad y abnegación y lleva "inevitablemente al hedonismo, a la droga, a la irresponsabilidad sexual, a la debilidad del vínculo matrimonial, a la destrucción de la familia y a la eliminación de vidas humanas mediante el aborto".

El Papa les animó a no tener miedo y a demostrar el amor a los vecinos, "sin tener en cuenta la raza, la lengua o la etnia", y precisó que la Palabra de Dios es "esperanza" y que los, mandamientos no son una carga, sino una fuente de libertad.

"África es un continente de esperanza, pero que tiene sed de justicia, de paz, de un sano e integral desarrollo que puede asegurar a su pueblo un futuro de progreso y paz", aseguró.

Benedicto XVI hizo asimismo un llamamiento a los jóvenes, a los que dijo son el futuro del país, "la promesa de un mañana mejor".

La misa comenzó con unas palabras de pesar del Obispo de Roma por la muerte, ayer, de dos jóvenes en una avalancha cuando pretendían asistir en el estadio "Dos Coqueiros" de Luanda al encuentro de decenas de miles de muchachos angoleños con el Pontífice.

El Papa expresó su solidaridad a los familiares y amigos y su "más vivo pesar" por el hecho que habían ido a verle, afirmó.

Por la tarde, el cardenal secretario de estado, Tarcisio Bertone, visita a los enfermos.

La misa se desarrolló bajo un fuerte calor en la explanada Cimangola, al lado de una cementera y con el Atlántico como fondo y en la misma participaron 71 obispos de la conferencia regional de prelados del sur de África (IMBISA), a la que pertenecen Angola, Santo Tome, Botsuana, Sudáfrica, Suazilandia, Lesoto, Mozambique, Namibia y Zimbabue. También asistieron obispos de otras naciones limítrofes.

Las ofrendas las realizaron mujeres con vestidos típicos, que llevaron en la cabeza grandes cestas con frutas e incluso animales vivos, mientras sonó música tradicional.

Más de 200 médicos prestaron servicio durante la misa, que fue seguida por 900 periodistas, la mitad extranjeros.

Benedicto XVI concluye su penúltima jornada en Angola con un encuentro con los movimientos católicos para la promoción de la mujer, a la que siempre ha considerado el eje de las sociedades africanas.

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