El Papa, en el Sínodo: "El sueño de Dios es la unión entre hombre y mujer"

El Papa Francisco, durante la misa solemne en San Pedro ante 400 cardenales y obispos de todo el mundo con ocasión de la celebración del segundo Sínodo de la familia este año, ha resaltado que la Iglesia debe defender los valores tradicionales en un "contexto social y matrimonial bastante difícil". Estas palabras llegan después de que un cura polaco declarara este sábado ser homosexual, además de presentar a su pareja a los medios de comunicación.

El Sumo Pontífice instó a los prelados a "bucar y sanar a las parejas heridas con el aceite de la misericordia", un principio que se ha convertido en básico desde que inició su Pontificado. Además, defendió con tono claro la doctrina sobre la familia y citó textos de sus predecesores, Benedicto XVI y Juan Pablo II, como guías.

"Jesús, ante la pregunta retórica que le habían dirigido -probablemente como una trampa, para hacerlo quedar mal ante la multitud que lo seguía y que practicaba el divorcio, como realidad consolidada e intangible-, responde de forma sencilla e inesperada: restituye todo al origen de la creación, para enseñarnos que Dios bendice el amor humano, es él el que une los corazones de dos personas que se aman y los une en la unidad y en la indisolubilidad (...) Jesús restablece así el orden original y originante", ha recordado.

Por otra parte, el Papa defendió el "amor duradero, fiel recto, fértil, que es cada vez más objeto de burla y considerado como algo anticuado" y asegura que el "sueño de Dios", es "la unión de amor entre hombre y mujer", un principio que ha repetido en varias ocasiones.Los retos que encara la familia moderna

Durante tres semanas, los obispos y el pontífice debatirán sobre los retos que encara la familia moderna. En este primer encuentro del Sínodo fijó los parámetros que se van a tratar los próximos días.

En lo referente al divorcio, Francisco I ha reiterado que "lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre", palabras del evangelio de San Marcos. Y es que, "es una exhortación a los creyentes a superar toda forma de individualismo y de legalismo, que esconde un mezquino egoísmo y el miedo de aceptar el significado autentico de la pareja y de la sexualidad humana en el plan de Dios", ha dicho durante la homilía.

Ante un contexto social y moral tan "difícil", el Papa ha invitado a la Iglesia a "no olvidar su misión de buen samaritano de la humanidad herida".

Al hombre moderno, que sufre "el drama de la soledad", a los refugiados, a los jóvenes, a las víctimas de la cultura del 'descarte', al hombre "atraído por los placeres de la carne", el papa promete la ayuda de la Iglesia."La caridad que no señala con el dedo"

"Vivir su misión en la caridad que no señala con el dedo para juzgar a los demás, sino que -fiel a su naturaleza como madre -se siente en el deber de buscar y curar a las parejas heridas con el aceite de la acogida y de la misericordia, de ser 'hospital de campo'", con las puertas abiertas para acoger a quien llama pidiendo ayuda y apoyo, de salir del propio recinto hacia los demás con amor verdadero, para caminar con la humanidad herida, para incluirla y conducirla a la fuente de la salvación", dijo.

"La Iglesia debe buscarlo, acogerlo y acompañarlo, porque una Iglesia con las puertas cerradas se traiciona a sí misma y a su misión, y en vez de ser puente se convierte en barrera", ha finalizado.