El Papa pone en pie al Capitolio al hablar de "tierra de los libres y hogar de los valientes"

    • Tras deslumbrar por su humanidad y cercanía, dejando la limusina y moviéndose en un ridículo Fiat 500 con las ventanas abiertas, Francisco fue capaz de conquistar el Capitolio.
    • Ante los congresistas de EEUU, que tienen tantos motivos para saber de dobleces y engaños, se presentó un hombre que nada podía ofrecer salvo un mensaje espiritual.

El papa Francisco sigue haciendo historia con la sencillez de los hombres grandes, sin darse cuenta. Este jueves el pontífice de la Iglesia Católica ha puesto en pie al Congreso de Estados Unidos, desde la misma tribuna en la que los presidentes de EEUU pronuncian el discurso del Estado de la Unión.

Cada cámara del Congreso de EEUU, el Senado y la Cámara de Representantes, se reúne por separado para hacer su trabajo. Pero en raras e importantes ocasiones, las casas se unen ya sea en una sesión conjunta o en reunión conjunta. La diferencia entre los dos es técnica e implica reglas parlamentarias de orden. En esta ocasión se trata de una reunión conjunta, lo normal cuando se atiende la visita de un líder extranjero, y no deriva en la adopción de ninguna resolución formal.

Tras deslumbrar por su humanidad y cercanía, dejando la limusina y moviéndose en un ridículo Fiat 500 con las ventanas abiertas, sonriendo a grandes y pequeños, Francisco se encaminó al Capitolio para dirigirse a los hombres más poderosos de la nación que presume de serlo. Allí le escucharon los prohombres del Tio Sam y miles de ciudadanos anónimos que quisieron acercarse a verle en las pantallas gigantes colocadas fuera para la ocasión. En USA no tienen los complejos que arrastramos en Europa.

Nada más empezar el Papa se confesó agradecido de haber sido invitado "in land of the free and the home of the brave" ("en la tierra de los libres y el hogar de los valientes") haciendo que toda la cámara se pusiera en pie al unísono para aplaudir.

Pero el mensaje del Papa, desde su aparente debilidad, se sabe que es capaz de derribar el último muro que quedaba de la Guerra Fría, haciendo posible un futuro de esperanza para Cuba.

Y esta fortaleza en la debilidad es otra de las razones que dotan de tanta importancia la visita de Francisco a los Estados Unidos de Norteamérica, sumida en la misma crisis de valores que la Vieja Europa, pero con más capacidad de reconocerlo y cambiar los caminos que otros dan por cerrados.

Durante su discurso ante las cámaras reunidas, Francisco citó a cuatrolíderes americanos: Abraham Lincoln, Martin Luther King, Dorothy Day y Thomas Merton. Además, les dejó claro que no solo quería hablar a los presentes, "sino que pero por medio de ustedes le hablo al pueblo estadounidense", señaló.

Pero si hubo un momento cumbre fue cuando, defendiendo el futuro de los millones de inmigrantes ilegales que viven en EEUU, manifestó su alegría porque sigue siendo para muchos "la tierra de los sueños", en clara referencia a los pioneros que levantaron la nación.

Al Papa, que hace esperar a todo un Barack Obama por parar en la carretera para besar a niños y tomarse selfies con adolescentes con el pavo, le interesan todos los ciudadanos de EEUU. Desde los inmigrantes a los que lleva esperanza a aquellos que se declaran ateos, y a los que acaba de dejar claro que sin creer en Dios se puede alcanzar la salvación.WATCH: Pope Francis arrives at U.S. Capitol, shakes @SpeakerBoehner's hand ahead of address http://t.co/IY0TqMBnIThttp://t.co/AIyRUgPFCL— CBSN (@CBSNLive) septiembre 24, 2015

Parece nuevo el mensaje del papa, pero es tan viejo como la barca de Pedro. Lo que ocurre es que sale de los labios de un cura de barrio que se llamó Jorge Bergoglio en la otra vida, que tomaba el metro y se arremangaba para bajar de las aceras, y eso se nota mucho.

Ante los congresistas de EEUU, que tienen tantos motivos para saber de dobleces y engaños, se presentó un hombre que nada podía ofrecer salvo un mensaje espiritual, a priori caduco en este siglo XXI, pero que por su falta de utilidad a los ojos modernos impresiona más.

Bergoglio no tenía nada nuevo que decirles, pero Francisco -que cree firmemente estar sostenido por un Dios de todos-, si fue capaz de escoger las palabras justas para tocar sus corazones y ponerlos en pie. "Sos groso Francisco", debería decirle Obama en la despedida.Francisco se atreve a pedir la abolición de la pena de muerte en EEUU

Con dureza, con fuerza y sin que le temblara la voz. Así ha arremetido el papaFranciscocontra la Pena de Muerte ante lasdos cámaras del Congreso de EEUUantes de iniciar esta tarde su traslado a Nueva York, en un mensaje que ha hecho perder el color del rostro a muchos de los presentes.

"Tratemos a los demás con la misma pasión y la compasión con la que queremos ser tratados", señaló en primer lugar, para después asegura que"esta convicción me lleva a abogar por la abolición global de la pena de muerte".

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