El papa se muestra "cercano y amable" con los jóvenes y preocupado por su fe

  • Los doce jóvenes de la XXVI Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que hoy almorzaron en Madrid con Benedicto XVI coincidieron en expresar su emoción por haber compartido mesa con el pontífice, a quien consideran "cercano y amable" y muy preocupado por la fe de la juventud.

Madrid, 19 ago.- Los doce jóvenes de la XXVI Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que hoy almorzaron en Madrid con Benedicto XVI coincidieron en expresar su emoción por haber compartido mesa con el pontífice, a quien consideran "cercano y amable" y muy preocupado por la fe de la juventud.

La sede de la Nunciatura Apostólica, donde se hospeda el papa durante su visita a la capital española, acogió este almuerzo, al que la organización de la JMJ invitó a diez jóvenes representantes de los cinco continentes (dos por cada uno) y a dos españoles, en nombre del país anfitrión.

Al término de la comida, algunos de estos jóvenes explicaron que les dio tiempo a presentarse, exponer sus inquietudes y las dificultades que encuentran para vivir su fe públicamente, y que recibieron el apoyo y el ánimo de Benedicto XVI.

"Una experiencia increíble. Ha sido maravilloso. Todavía sigo nerviosa. Ha sido muy bonito. Un recuerdo increíble", dijo impactada la australiana Claire Brown, una profesora de violín y piano de 23 años, a quien la emoción impedía recordar el menú o lo que le dijo al papa.

"Ninguno estaba pendiente de la comida, con los nervios casi ni la he probado", apuntó la española Aurora Almagro, de 20 años, que cree recordar que comió "una especie de potaje, pescado y helado de vainilla con torrijas".

Almagro expresó al papa su agradecimiento por viajar a España, una visita que, en su opinión, ha permitido a la Iglesia "moverse mucho y llegar a muchos jóvenes que antes miraban con recelo a los católicos".

Para la congolesa Sylvie Kambau, que este sábado cumplirá 30 años, el almuerzo con Benedicto XVI ha sido el "mejor regalo de cumpleaños" de su vida.

Kambau dijo que le explicó al papa que hay muchos jóvenes católicos en África que necesitan de su apoyo, por lo que le pidió que se celebre una JMJ en ese continente.

"Tiene una sonrisa muy dulce y una mirada muy tierna; mira fijamente y notas que de verdad le interesa lo que le estás diciendo", subrayó Sylvie Kambau.

El francés Olivier Richard, de 25 años, le planteó al papa las "complicaciones" de los jóvenes franceses y españoles, dos países en los que "la Iglesia sufre algunos ataques injustificados" y en los que "no es fácil ser católico".

Una opinión que comparte el español Gonzalo Cánovas del Castillo, un abogado de 28 años que se mueve en silla de ruedas y que expresó su confianza en que la celebración de la XXVI JMJ sirva "para reforzar a todos los creyentes y atraer a los que se han alejado de la Iglesia".

Varios jóvenes entregaron a Benedicto XVI regalos como una escultura de ébano africana o un crucifijo de oro español. El papa, por su parte, les obsequió a todos con un rosario y una medalla conmemorativa de la JMJ de Madrid.

Entre los invitados a compartir mesa con el papa también estaban Juan Carlos Piedra Calderón, ecuatoriano de 33 años, y la estadounidense Michelle Louise Hatfield, de 22, y otros jóvenes de Ruanda, Taiwán, Vietnam, Eslovaquia, Australia y Nueva Zelanda.

Benedicto XVI llegó este jueves a Madrid para participar en la JMJ, a la que asisten 1,5 millones de jóvenes procedentes de 139 países.

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