El pobre y rezagado sur de México centra plan de Peña Nieto contra violencia

  • Los estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas, destino de los tres polos de desarrollo económico anunciados hoy por el presidente Enrique Peña Nieto como parte de su estrategia para combatir la corrupción y la violencia, representan más que ningún otro lugar el México de la pobreza extrema y el rezago ancestral.

José Antonio Torres

México, 27 nov.- Los estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas, destino de los tres polos de desarrollo económico anunciados hoy por el presidente Enrique Peña Nieto como parte de su estrategia para combatir la corrupción y la violencia, representan más que ningún otro lugar el México de la pobreza extrema y el rezago ancestral.

"Hoy existen dos Méxicos: uno, inserto en la economía global, con crecientes índices de ingreso, desarrollo y bienestar. Y por el otro lado, hay un México más pobre, con rezagos ancestrales que no han podido resolverse por generaciones", afirmó este jueves el mandatario al presentar sus planes en un mensaje a la nación.

Estas tres entidades aglutinan el mayor número de pobres e indígenas en México, los sectores afectados por la pobreza extrema y marginación, según estadísticas del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Setenta de los 89 municipios con mayor pobreza alimentaria y con un muy alto grado de rezago social del país se localizan en estas tres entidades, según el Coneval.

De acuerdo a las cifras de esta comisión, el 74 % de la población de Chiapas (unos 3,7 millones de personas), el 69,7 % de Guerrero (unos 2,4 millones) y el 61,99 % de Oaxaca (unos 2,4 millones), tienen altos índices de pobreza alimentaria y social.

La escolaridad en estos estados está por debajo de la media nacional, que es de 8,6 grados.

El Coneval estima que en Chiapas alcanza los 6,7, en Guerrero los 7,3 y en Oaxaca los 6,9 grados de estudio.

Situados en la costa sur y suroeste del Pacífico mexicano, estos estados afrontan además diversos problemas de seguridad como al tránsito de inmigrantes, la actividad de mafias del narcotráfico y de grupos guerrilleros.

Por ellos transita la mayoría de inmigrantes que van de América Central a Estados Unidos, en una ruta marcada por una alta criminalidad y violaciones de los derechos humanos.

La guerrilla está presente en Chiapas con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que opera abiertamente desde 1994, aunque ha renunciado a la vía armada.

Oaxaca y Guerrero son el centro de operaciones del Ejército Popular Revolucionario (EPR) y del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI), cuya actividad es muy intermitente y aislada.

Además, es en esas zonas donde los sindicatos del magisterio, considerados los más poderosos del país junto con el del petróleo, han protagonizado protestas sociales más fuertes desde hace décadas.

De Guerrero, concretamente de Tixtla, población próxima a la capital, Chilpancingo, son los 43 jóvenes estudiantes de la Escuela Normal (de magisterio) Rural de Ayotzinapa, desaparecidos desde el pasado 26 de septiembre por una acción coordinada de autoridades y policías corruptos con el crimen organizado.

Los polos de desarrollo, sobre los que hoy Peña Nieto no dio grandes detalles en su esperado mensaje a la nación, buscarán mejorar las condiciones de los poco más de doce millones de habitantes que en conjunto tienen estos tres estados, según el censo de población 2013 del Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (INEGI).

Oaxaca y Veracruz marcan los límites geográficos de uno de los proyectos revelados por el gobernante: el Corredor Industrial Interoceánico, en el Istmo de Tehuantepec, que conectará al Pacífico con el Golfo de México.

En el Pacífico, los extremos de los polos de desarrollo están marcados por los dos principales centros marítimos del Pacífico sur: los puertos de Lázaro Cárdenas, en Michoacán, y Chiapas, en el estado del mismo nombre.

Puerto Chiapas será el centro de una de estas zonas económicas y los municipios colindantes a Lázaro Cárdenas, en los estados de Michoacán y Guerrero, conformarán el otro polo de desarrollo.

Pese a los problemas de pobreza e inseguridad, el sur de México sigue siendo un gran receptor de turismo por los atractivos de sus sitios arqueológicos, sus edificios coloniales, sus playas y selvas, y las tradiciones que mantienen desde hace siglos sus pueblos indígenas.

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