El primer 'sí, quiero' del Papa Francisco

    • El papa ofició este domingo los primeros matrimonios de su pontificado al casar a veinte parejas a las que recordó que esta institución es un 'símbolo de vida real, no de ficción' por lo que, además de alegrías, también habrá dificultades pero, según explicó, eso es lo que la hace 'humana'.

El papa ofició este domingo los primeros matrimonios de su pontificado al casar a veinte parejas a las que recordó que esta institución es un 'símbolo de vida real, no de ficción' por lo que, además de alegrías, también habrá dificultades pero, según explicó, eso es lo que la hace 'humana'.

Estas fueron las palabras de la homilía que el pontífice argentino pronunció antes de casar a estas cuarenta personas pertenecientes a la diócesis de Roma.

'El matrimonio es un símbolo de vida, de la vida real, ¡no es una ficción! Es la reciprocidad de las diferencias, no es un camino fácil, sin conflictos, no... porque de ser así no sería humano. Es un recorrido a veces difícil y conflictivo pero ¡esa es la vida!', dijo.

El papa ofició este rito un mes antes de que se lleve a cabo el Sínodo de obispos sobre la Familia que comenzará el próximo 5 de octubre y que deberá trazar la línea pastoral en este ámbito.

En este sentido, señaló que las familias son 'el primer lugar donde nos formamos como personas y, al mismo tiempo, ejercen de 'ladrillos' para la construcción de la sociedad'.

Francisco ya ha presidido la imposición de otros sacramentos como la confirmación o la ordenación sacerdotal pero, como obispo de Roma, aún no había casado a ninguno de sus fieles.

Entre las 20 parejas de su diócesis que contrajeron hoy matrimonio está la formada por Gabriella y Guido, de 56 y 49, quienes estuvieron acompañados por la hija de la primera.

Gabriella ha sido una madre soltera y Guido contrajo matrimonio en el pasado si bien posteriormente fue declarado nulo por el tribunal eclesiástico de la Santa Rota, según el diario La Repubblica.

Otra de las parejas es la de Flaviano y Giulia, los más jóvenes, que habían pensado renunciar al banquete nupcial por el elevado coste del mismo ya que ella trabaja en un restaurante de comida rápida y él acaba de perder su empleo.

Por esta razón, ha sido su parroquia la que se ha movilizado para organizar una fiesta en la que participará 'toda la comunidad', según dijo al mismo medio.

Han pasado 14 años desde la última ocasión en la que un pontífice ofició de forma pública y colectiva un matrimonio, concretamente desde el año 2000, cuando Juan Pablo II impartió este sacramento a una serie de prometidos con motivo del Jubileo.'Las familias son los ladrillos de la sociedad'

A todos ellos les ha asegurado que la familia es el primer lugar donde se forman las personas' y los 'ladrillos de la sociedad'.

Además, el Pontífice ha defendido que es 'incalculable' la fuerza, la carga de humanidad y la ayuda recíproca de una familia. Durante la homilía, tras haber reflexionado sobre la Teología que propone el Evangelio a las familias, el Papa ha explicado que 'es normal que los esposos se peleen siempre' pero que no hay que 'terminar nunca el día sin haber hecho las paces'.

'Es suficiente un pequeño gesto y así se continúa a caminar', ha comentado en una basílica de San Pedro ocupada por los familiares de las 20 parejas que el pontífice ha unido.

Cuando falta menos de un mes para la celebración en el Vaticano del Sínodo de obispos centrado en 'los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización', el Pontífice ha recordado el éxodo de las familias guiadas por Moisés que atravesaron el desierto y ha recordado que 'la mayor parte de la Iglesia son las familias'.

Durante el primer sacramento del matrimonio que administra en su pontificado, ha recalcado que 'el matrimonio no es una ficción' sino que se trata del 'sacramento del amor', al tiempo que ha deseado a los recién casados un camino 'bonito y fecundo'.

El Papa les ha advertido de que el matrimonio no es un 'camino liso' sino 'difícil' y 'con conflictos' al reconocer que hay parejas que sienten la tentación de 'abandonar el camino', que 'no soportan el viaje de la vida conyugal y familiar' y 'pierden el gusto del matrimonio', al tiempo que les ha asegurado que 'el amor de Cristo puede restituir a los esposos la alegría de caminar juntos'.

'Dios no elimina las serpientes pero ofrece un antídoto', ha remarcado mientras reflexionaba sobre la 'reciprocidad de las diferencias'.

Así ha expresado ante las parejas que acababa de unir en matrimonio que 'el hombre tiene la obligación de ayudar a la mujer a ser más mujer y la mujer tiene la obligación de hacer más hombre, al hombre'.

Mostrar comentarios