El regulador policial condena la "inadecuada" reacción en las protestas del G-20 y propone revisar estrategias

LONDRES, 7 (de la corresponsal de EUROPA PRESS, Eva Martínez Millán)

El regulador policial británico reconoció en un informe que la reacción de las fuerzas de seguridad en las protestas celebradas en el distrito financiero de Londres la jornada previa a la cumbre del G-20 del pasado 2 de abril fue "inadecuada" y apeló a revisar la estrategia para garantizar que en futuras concentraciones la prioridad se centra en garantizar un desarrollo pacífico.

El documento evalúa a lo largo de 60 páginas la actuación de los agentes en unas manifestaciones que ya habían motivado la apertura de varias investigaciones y concluyó que las tácticas empleadas son propias de "otra era". En consecuencia, el inspector jefe de la la Policía, Denis O'Connor, consideró que el cuerpo debe "pensar en cambiar su acercamiento a las protestas".

Uno de los principales fallos aparece en la excesiva atención a la gestión de puntuales episodios de violencia, como los acontecidos en las inmediaciones del Banco de Inglaterra, en lugar de asegurar la normal circulación de la convocatoria a lo largo de la jornada.

En este sentido, en las posteriores, la Comisión Independiente de Quejas de la Policía (IPCC, en sus siglas en inglés) llegó a recibir en torno a unas 250 denuncias sobre la operación, de las que más 50 estaban referidas a un excesivo uso de la fuerza por parte de los agentes.

Una deriva que llevó a O'Connor a apelar a una "revisión integral" de la estrategia de seguridad en manifestaciones masivas, para conjugar el orden público con el derecho de los participantes a tomar parte en convocatorias autorizadas. "Lo que la revisión ha identificado es que el mundo está cambiando y la Policía necesita pensar en cambiar su aproximación a las protestas", declaró.ANTECEDENTES DRAMÁTICOS

En este sentido, el acontecimiento más dramático de la previa del G-20 fue la muerte de regreso a casa de un kioskero que sufrió un infarto minutos después de haber sido atacado por un grupo de policías. Un acontecimiento que precipitó las denuncias sobre la operación y que motivó la suspensión de varios agentes, uno de ellos por homicidio involuntario.

Además, ha habido importantes críticas relacionadas con el abuso de la táctica consistente en contenter a los manifestantes en cordones policiales durante un período prolongado de tiempo y que el 1 de abril se habría empleado de forma "indiscriminada".ADAPTACIÓN

En consecuencia, el documento, que lleva por título 'Adaptarse a las protestas', refleja que su recurso debería basarse en el principio de "no sorpresas", manteniendo para ello informados en todo momento a los presentes, y que debería otorgarse a los agentes a pie de calle más capacidad para permitir el paso de personas en una situación vulnerable.

No en vano, una de las críticas a la operación del G-20 fue la de haber descargado en oficiales inexpertos la supervisión de la 'City' y, en esta línea, el informe del regulador considera que la guía en la materia ofrecida por la Asociación de Jefes de Policía resulta actualmente "insuficiente".

Por ello, insiste en que la estrategia debe ser revisada para "demostrar consideración explícita" acerca del interés por garantizar una "protesta pacífica" y aprovecha para ofrecer una serie de recomendaciones que van desde la necesidad de que los agentes porten permanentemente sus números de identificación, una de las críticas del 1 de abril, a la mejora de la comunicación entre fuerzas de seguridad y manifestantes, medios de comunicación y viandantes en general.